*"Le Scare Du Printemps" por Leonard Bernstein.

FEBRERO...

LA CONSAGRACIÓN DE LA PRIMAVERA

*CICLO INTEGRAL DE BALLETS DE ÍGOR STRAVINSKY.

Ígor Fiódorovich Stravinski

 

alleció, cuando iba a cumplir 89 años, en Nueva York, el 6 de abril de 1971, dejando tras de si una escuela que indefectiblemente cambiaria la estética musical del siglo XX, y lo llevaría a ser uno de los músicos más importantes y trascendentales de la pasada centuria. Su nombre, Ígor Fiódorovich Stravinski, nacido en Rusia, Oranienbaum (hoy Lomonósov), el 17 de junio de 1882.

El joven ÍGor, creció al cuidado de su padre y hermana mayor, siendo su primera infancia una mezcla de experiencias que revelaban poco al artista cosmopolita que llegaría a ser. Si bien su padre Fiódor Stravinski era cantante de ópera (bajo) en el Teatro Mariinski, Ígor, no siguió la tradición, inició los estudios de Derecho, que tiempo después cambiaría por la composición. En 1902, y con 20 años de edad, se convirtió en alumno de Nikolái Rimski-Kórsakov, probablemente el compositor ruso más importante de su tiempo. Una de sus obras de estudiante, Feu d'artifice (fuegos artificiales), impresionó a Serguei Diaghilev, que encargó a Stravinski varias orquestaciones y luego un ballet completo, El pájaro de fuego.

En 1910 dejo Rusia, para asistir en París al estreno de su ballet “Pájaros de Fuego” por los Ballets Rusos. Durante su estancia en dicha ciudad, compuso dos obras más para los Ballets Rusos: Petrushka, en 1911 y “La consagración de la primavera” en 1913. Los ballets revelan el desarrollo estilístico de Stravinski, desde “El pájaro de fuego”, cuyo estilo muestra la poderosa influencia de Rimski-Kórsakov, a “Petrushka” con su fuerte énfasis bitonal, para llegar finalmente a la salvaje disonancia polifónica de “La Consagración de la Primavera”. Como Stravinski mencionó acerca de sus estrenos, su intención era "mandar todo al demonio", y Lo logró, el estreno de “La Consagración de la Primavera” en 1913 fue probablemente el más famoso "escándalo" en la historia de la música, con luchas a puñetazos entre los miembros del público y la necesidad de vigilancia policial durante el segundo acto.

Ígor Stravinski desplegó un deseo inagotable por leer y explorar el arte y la literatura en su vida. Este deseo se manifestó en algunas de sus colaboraciones en París. No sólo fue el compositor principal para Sergei Diaghilev de los Ballets Rusos, sino también colaboró con Pablo Picasso (Pulcinella, 1920), Jean Cocteau (Oedipus Rex, 1927) y George Balanchine (Apollon Musagete, 1928).

El 23 de enero de 1906, Ígor Stravinski, se casó con su prima Katerina Nossenko, a quien conocía desde pequeño. Su matrimonio duró 33 años, pero, sin embargo, el verdadero amor de su vida y, después, su compañera hasta la muerte, fue su segunda esposa, Vera de Bosset (1888-1982).

Cuando conoció a Vera a inicios de la pasada década del 20, ella estaba casada con el pintor y diseñador de escenarios Serge Sudeikin. Pronto empezaron a tener encuentros amorosos, como consecuencia, Vera dejó a su marido al cabo de un tiempo. Desde ese momento y hasta la muerte de Katerina en 1939, Stravinski llevó una vida doble, invirtiendo parte de su tiempo con su primera familia y el resto con Vera. Katerina advirtió la relación y la aceptó como inevitable y permanente. Recién después de la muerte de Katerina, Stravinski y Vera se casaron en Nueva York, a donde habían viajado desde Francia para escapar de la Segunda Guerra Mundial en 1940.

En los comienzos de la década de 1920 Leopold Stokowski pudo darle un apoyo regular a Stravinski como su "benefactor" anónimo. El compositor también pudo atraer encargos: la mayoría de sus trabajos desde El Pájaro de Fuego en adelante, fueron escritos para ocasiones específicas y se pagaron generosamente.

El gusto de Stravinski por la literatura fue amplio y refleja su deseo constante de nuevos descubrimientos. Los textos y las fuentes literarias para su trabajo empezaron con un período de interés en el folclore Ruso, que progresaron a los autores clásicos y a la liturgia Latina. A esto le siguió el contemporáneo francés André Gide (en Persephone), llegando finalmente a la literatura inglesa: Auden, Eliot, y versos medievales ingleses. Al final de su vida estaba incluso utilizando las escrituras hebreas en Abraham e Isaac.

La vida de Stravinski abarcó la mayor parte del siglo XX, pasando por tres grandes períodos estilísticos distintos, por lo que la mayoría de sus composiciones pueden ser consideradas como parte de alguno de ellos, prácticamente reinventó el ballet en su forma, incorporando múltiples culturas, idiomas y literaturas, influenciando a muchos compositores durante su vida y aun después de su muerte.

 

El período primitivo o ruso

 

El primero de los períodos estilísticos mayores de Stravinski (excluyendo algunos trabajos menores tempranos) fue inaugurado por los tres ballets que compuso para Diáguilev. Estos ballets tienen varias características compartidas: están hechos para ser interpretados por orquestas sumamente grandes; los temas y motivos arguméntales se basan en el folclore ruso; y llevan la marca de Rimski-Kórsakov tanto en su desarrollo como en su instrumentación.

El primero de los ballets, “El pájaro de fuego”, es notable por su inusual introducción (tríos de cuerdas bajas) y barrido de la orquestación. “Petrushka”, también se anota distintamente y es el primero de los ballets de Stravinski que utiliza la mitología folclórica Rusa. Pero es en el tercer ballet, “La Consagración de la Primavera”, el que generalmente es considerado la apoteosis del "Período Ruso" de Stravinski. Aquí, el compositor utiliza la brutalidad de la Rusia pagana, reflejando estos sentimientos en la agresiva interpretación, armonía politonal y ritmos abruptos que aparecen a lo largo del trabajo. Hay varios pasajes famosos en esta obra, pero dos son de nota particular: el primer tema basado en los sonidos del fagot con las notas en el límite de su registro, casi fuera de rango; y el ataque rítmicamente irregular (utilizando el recurso típico del período ruso Stravinskiano de tomar una célula rítmica breve e ir desplazando su acentuación) de dos acordes superpuestos utilizando solo el talón del arco por las cuerdas y haciendo más evidente la reorganización permanentemente cambiante del motivo inicial, duplicando con los bronces los acordes que resultan acentuados cada vez.

Otras piezas de este período incluyen: “Renard” de 1916, Historia de un soldado (Histoire du soldat) de 1918, y Las bodas (Les Noces) de 1923, instrumentada para la original combinación de cuatro pianos y percusión, con participación vocal. En estas obras el músico llevó al límite la herencia de la escuela nacionalista rusa hasta prácticamente agotarla.

 

El período neoclásico

 

Este periodo es marcado por dos trabajos: "Pulcinella" de 1920 y "Octeto" de 1923 para instrumentos de viento. Ambos trabajos ofrecen lo que será un sello de este período; es decir, el retorno de Stravinski (vuelta atrás), a la música clásica de Mozart, Bach y sus contemporáneos. Este estilo "neoclásico", que de hecho nació como una oposición al arrebatado subjetivismo del romanticismo y el expresionismo germánico, involucró el abandono de las grandes orquestas exigido por los ballets. En estas nuevas obras, escritas aproximadamente entre 1920 y 1950, Stravinski se vuelca mayoritariamente a los instrumentos de viento, piano, coros y trabajos de cámara. La “Sinfonía de Instrumentos de Viento” de 1920 y la “Sinfonía de los Salmos” están entre los trabajos más finos compuestos para vientos.

Otros trabajos como “Oedipus Rex” de 1927, “Apolo, dios de las musas” (Apollon Musagéte) de 1928 y el “Concierto en Mi bemol” (Dumbarton Oaks) de 1931, continúan esta tendencia.

El pináculo de este período es la ópera “The Rake's Progress” completada en 1951. Esta ópera, escrita por W.H. Auden y basada en las pinturas y grabados de William Hogarth, encapsula todo lo que Stravinski había perfeccionado en los 20 años anteriores a su período neoclásico. La música es directa, pero rara; pide prestado de la armonía tonal clásica pero también interpone disonancias sorprendentes; ofrece las células y los motivos rítmicos desplazados de la marca de fábrica de Stravinski; y recuerda a las óperas y temas de Monteverdi, Gluck y Mozart.

Después de la realización de ésta ópera Stravinski no escribió nunca más otro trabajo "neoclásico", comenzando a escribir la música que vendría a definir su cambio estilístico final.

         Las combinaciones más simples de ritmo y melodía eran una contestación directa a las complejidades de la Segunda Escuela de Viena. Stravinski puede haber sido precedido en estos temas por compositores más tempranos como Erik Satie, pero no existe ninguna duda de que cuando Copland estaba componiendo su ballet Appalachian Spring estaba tomando a Stravinski como modelo.

Ciertamente de forma tardía, entre 1920 y 1930, el neoclasicismo fue aceptado como género moderno prevaleciendo entre los círculos musicales alrededor del mundo. Irónicamente, fue el propio Stravinski quién anunció la muerte del neoclasicismo al menos en su propio trabajo, y tal vez para el mundo, con la realización de su ópera “The rake's”, Progress, en 1951. Una suerte de declaración última para el estilo, la ópera fue ampliamente ridiculizada por parecer en demasía una "vuelta atrás" incluso por aquéllos que habían alabado el nuevo estilo sólo tres décadas antes.

 

El período dodecafónico o serialista

 

       Después de la muerte de Arnold Schoenberg (inventor del dodecafonismo) en 1951, Stravinski empieza a utilizar ésta técnica en sus propios trabajos. Sin duda, Stravinski se ayudó en su comprensión, e incluso su conversión, al método de los doce tonos en su confidente y ayudante Robert Craft, quién había estado defendiendo este método musical. De esta forma, los siguientes quince años fueron empleados en escribir trabajos en este estilo.

Stravinski empezó a impregnarse de la técnica dodecafónica en los primeros trabajos vocales más pequeños como “Cantata” de 1952, “Tres Canciones de Shakespeare” de 1953, y “In Memoriam Dylan Thomas” de 1954, como si estuviera probando el método. Posteriormente, empezó expandiendo el uso de la técnica en obras a menudo basadas en textos bíblicos como: “Cánticum sacrum” y “Tren” de 1958, “A Sermón”, “A Narrative and a Prayer” de 1961, y “El Diluvio” de 1962. Además durante esta etapa sobresalen títulos como “Movimientos para piano y orquesta” de 1959, “Monumentum pro Gesualdo” y “Réquiem canticles” de 1966, aunque ninguno de estos ha obtenido el nivel de aceptación de las obras de las dos épocas precedentes.

Un trabajo importante de transición de este período en las obras de Stravinski, es su retorno al ballet, con “Agon”, un trabajo para doce bailarines, escrito entre 1954 y 1957. Algunos números de Agon recuerdan la tonalidad de la "nota-blanca" del período neoclásico, mientras otros (el “Bransle Gay”, por ejemplo) el despliegue de su reinterpretación única del método serial. El ballet es así una clase de enciclopedia en miniatura de Stravinski, conteniendo muchas de las firmas que pueden ser halladas a lo largo de sus composiciones, primitivismo, neoclasicismo, o serialismo, peculiaridad rítmica y experimentación, ingeniosidad armónica, y un oído ágil para la orquestación impetuosa y autoritaria. De hecho, estas características son lo que hacen que las producciones de Stravinski sean tan únicas, cuando se comparan con las obras de compositores seriales contemporáneos.

 

Ballets ordenados cronológicamente

 

1910 - L'oiseau de feu

1911 - Petrushka

1913 - Le sacre du printemps

1914 - Solovey

1916 - Renard

1918 - Histoire du Soldat

1920 - Pulcinella

1928 - Apollon Musagète

1928 - Le Baiser de la fée

1936 - Jeu de cartes

1944 - Scènes de ballet

1947 - Orpheus

1957 - Agon

Entre los Ballets más importantes y sobre todo conocidos se encuentran: "L'oiseau de feu (El Pájaro de Fuego)", "Petrushka", y "Le sacre du printemps (La Consagración de la Primavera)".