*El mar y el bajel de Simbad.

ENERO...

SUITE SINFÓNICA SCHEHERAZADE, OP. 35

*CAPRICHO ESPAÑOL, OP. 34.

*OBERTURA "LA GRAN PASCUA RUSA", OP. 36.

Suite sinfónica Scheherazade Op. 35

 

heherazade, de Nikolai Rimski-Kórsakov, sufrió grandes fluctuaciones en el concepto que mereció de parte de los críticos musicales; sin embargo, siempre ha ejercido su magia sobre el público, tanto en la época de su composición (el año 1888) como en la actualidad.

Bajo un manto de aterciopeladas melodías y de encantadoras sonoridades, yace una estructura musical lógica y sólida. Es una composición muy original, de gran pujanza, y que abrió importantes caminos para la música del siglo pasado.

La forma de la obra no es fácil de describir. Es una evocación de la fantasía y el realismo de Las mil y una noche, hecha con sensualidad, con carácter de narración amorosa heroica, estructurada, sin embargo, sobre un esquema expositivo firme y un desarrollo temático típico de la música orquestal tradicional. Podría llamarse a Scheherazade, un poema sinfónico sin argumento, o una suite sinfónica en cuatro partes, con títulos propios de cuentos orientales.

Sheherazade alcanzó apoteótico renombre cuando, algunos años después de la guerra del 14, los Ballets Russes de Sergei Diaghilev, la virtieron a la danza con coreografía de Michel Folkine y decorados de León Bakst. Sin embargo, las exigencias programáticas del ballet traicionaron las intenciones originales del autor.

En sus Memorias, denominadas Crónica de mi vida musical, el compositor hace una descripción muy amplia de la obra, que conviene transcribir aquí: "Mi plan para Scheherazade era el de episodios y escenas aisladas, tomadas de Las mil y una noche, estructuradas en una suite de cuatro partes: El mar y el bajel de Simbad, El cuento del Príncipe Kalender, El joven Príncipe y la joven Princesa y finalmente Fiesta en Bagdad. El mar. El bajel naufraga contra la roca coronada por la figura de un guerrero de bronce. Como enlace, utilicé las breves introducciones de las partes primera, segunda y cuarta y el intermedio de la tercera, para violín solo, que representan a Scheherazade mientras narra al cruel sultán sus hermosos cuentos. Se buscarán en vano en mi suite ‘leitmotivs’ asociados con las mismas ideas poéticas; en la mayor parte de los casos, estos ‘leitmotivs’ aparentes, son sólo materia musical para la elaboración sinfónica que se repiten varias veces en el curso de la suite, sea conjuntamente o alternados. Estos temas corresponden siempre a figuras, acciones y escenas diferentes, apareciendo cada vez con distintos matices al tener que describir caracteres o ambientes disímiles; por ejemplo, el motivo del relato del Príncipe Kalender (segundo movimiento) se reitera en el cuarto, donde describe el choque del bajel de Simbad contra las rocas, aunque ambos episodios no tienen nada en común. El tema principal del Príncipe Kalender (Si menor, 3/4) y el de la Princesa, en el tercer número (Si Mayor, 6/8, clarinete), reaparecen algo variados y en un movimiento más rápido, como temas accesorios en el relato de la fiesta en Bagdad, a pesar que ambos personajes nada tienen que ver con los festejos en sí. La frase al unísono, que al iniciarse la suite caracteriza al cruel esposo de Scheherazade, surge asimismo en el relato del Príncipe Kalender, que no tiene relación con el Sultán Shahriar. De esta manera, desarrollando casi libremente los motivos musicales tomados como base de la composición, procuré la creación de una suite orquestal en cuatro movimientos muy ligados por la vinculación de sus temas, presentada a la vez como si fuera un caleidoscopio de viñetas tomadas de cuentos de hadas y dibujos de carácter oriental. Pensé inicialmente titular a los cuatro movimientos: Preludio, Balada, Adagio y Finale, pero, aconsejado por un grupo de amigos encabezados por Liadov, no lo hice. En ocasión de una nueva edición, suprimí las indicaciones que figuraban en cada parte, pues con ellas sólo me proponía encauzar la fantasía del oyente y marcarle la ruta que siguió la mía, dejando librado a cada uno los detalles secundarios. Me propuse que si el oyente gustaba de mi obra sinfónica, experimentase la impresión de un cuento oriental sobre una serie de hechos fantásticos y no solamente cuatro piezas que se suceden sin variedad en el material temático".

"¿Qué motivo me impulsó a llamar a mi suite Scheherazade? El que este nombre, como el de Las mil y una noche, evoca para todos el Oriente y sus cuentos fantásticos. Más aún, algunos detalles de la exposición musical dejan entrever el hecho de que todos los cuentos son narrados por la misma persona: Scheherazade".

Rimski-Kórsakov fue el músico más sensible y completo de los que integraron el denominado "Grupo de los Cinco" (conjuntamente con Balakirev, Cui, Borodin y Moussorgsky), que, mancomunadamente, intentó levantar el edificio de la música rusa. Descendiente de una familia de marinos, el futuro compositor pasó su juventud en la Armada Rusa y no fue sino hasta 1873, cuando ya había escrito una buena cantidad de sus obras, que abandonó esta profesión. En esa época es que, a pesar de sus casi nulos conocimientos de las nociones fundamentales de la música, como bien aclara en sus Memorias, Rimsky es designado Profesor de Composición y de Instrumentación en el Conservatorio de San Petersburgo.

El brillo y la opulencia orquestal de Scheherazade es notable. Las cuerdas pierden un poco su tradicional supremacía, de la que disfrutaban desde los albores de la orquesta sinfónica. Las maderas y los metales desempeñan un rol mucho más importante, más solístico, que en la orquesta clásica, procedimiento que anticipa a Ravel y a Stravinsky. Las coloridas frases melódicas y los arabescos se desarrollan en el más puro espíritu de la música asiática y es particularmente remarcable el papel desempeñado por la percusión.

En el encabezamiento de la partitura, el músico no pudo menos que anotar el breve resumen argumental que sigue –el cual suprimiría posteriormente, tal cual cuenta en sus memorias-: "El Sultán Shahriar, persuadido de la falsedad e infidelidad de las esposas, juró dar muerte a cada una de las suyas luego de la primera noche. Mas la Sultana Sheherazade salvó su vida interesándolo en los cuentos que le narró durante mil y una noches. Presa de la curiosidad, el Sultán postergó de un día al siguiente el suplicio de su esposa, terminando por renunciar completamente a su sanguinario propósito. Extraordinarias maravillas fuéronle contadas a Shahriar por la Sultana Sheherazade. Para sus cuentos, la Sultana pidió prestados a los poetas sus versos, sus canciones populares, sus palabras, e intercaló unas en otras a narraciones y aventuras".

 

El mar y el bajel de Simbad (largo e maestoso - Allegro non troppo)

Un poderoso tema a cargo de maderas, cuerdas y bronces, al unísono, evoca la cruel imagen del Sultán Shahriar, "persuadido de la infidelidad y falsedad de todas las mujeres", que mata a cada una de sus esposas, luego de la primera noche. Posteriormente el solo de violín, acompañado por arpa, presenta el encantador motivo de la Princesa Scheherazade, cuya habilidad para enhebrar sus cuentos uno a continuación del otro conquista finalmente al sultán y lo aparta de su amarga filosofía. Con el "allegro non troppo", el tema del Sultán asume la forma de un motivo marino, con su ondulante marcha. Todo el fragmento da la sensación del balanceo del bajel, producido por el fluir de las aguas. Durante su transcurso, el tema de la narradora es hábilmente entretejido con el anterior, enfrentándose consigo mismo en turbulentas transformaciones. La tierna y dulce melodía de la "coda" está instrumentada alternativamente para oboe y flautas, combinados con clarinetes y tres violines. No puede dejar de percibirse en este número al antiguo oficial de marina, que conserva su cariño por las grandes extensiones oceánicas.

 

El cuento del Príncipe Kalender (Lento - Andantino - Allegro molto - Moderato assai - Allegro molto e animato)

Se escucha el solo de violín representando a la princesa Scheherazade y luego una rítmica melodía del fagot presenta la historia narrada por el príncipe Kalender. Este tema inicial del príncipe se conecta sutilmente con el tema del Sultán, como es dable apreciar al aparecer este último en un suave "pizzicati" de cuerdas antes que una fanfarria anuncie la sección central. Este pasaje, que se inicia con un llamado a torneo o a la batalla, se convierte pronto en una airosa marcha. Retorna el tema del príncipe Kalender, rítmicamente transformado y ornado por fluidos motivos a cargo de fagot, oboe, clarinete y corno. Finalmente, los bajos dejan oír el tema del Sultán.

 

El joven Príncipe y la joven Princesa (Andantino quasi allegretto)

Se trata de una escena de amor de una voluptuosa languidez. El príncipe es representado por una dulce cantilena de las cuerdas, contestada por sensuales escalas del clarinete. La Princesa es, evidentemente, una danzarina, lo que se desprende de la vivacidad del tema de las maderas, acompañadas por pequeños tambores asiáticos, con un ritmo marcado asimismo por los "pizzicati" de las violas. Retorna el tema del príncipe, surge la voz de Scheherazade y las líneas melódicas del tema del príncipe y de la Princesa se entremezclan.

 

Festival en Bagdad – El mar – Naufragio del bajel contra la roca magnética coronada por la figura de un guerrero de bronce (Allegro molto - Lento - Allegro molto e frenético - Allegro non troppo maestoso - poco piu tranquillo)

Un caleidoscópico montaje sonoro presenta nuevamente todos los temas fundamentales de las partes anteriores, conjuntamente con un motivo nuevo, el del festival, produciéndose un tremendo contrapunto rítmico. Las danzas se suceden sin pausa, en un frenesí siempre en aumento. Se arriba al clímax: nuevamente en el mar, el bajel de Simbad se destroza contra una roca coronada por una figura de bronce. El mar va recobrando poco a poco su habitual calma, con una reminiscencia de Melville: "entonces todo se desplomó y la enorme masa del mar continuó rolando como lo hizo durante cinco milenios".

Por última vez se escucha la melodía de Scheherazade, recordándonos que nos hallamos en la cámara del Sultán (las cuerdas graves reiteran -serenamente- el motivo de Shahriar). El violín solista asciende hasta un "mi" sobreagudo largamente mantenido sobre "pizzicati" de las cuerdas y suaves acordes de los vientos. La narradora pone fin al relato: ha de vivir un día más.

 

                                                                                  S. W. Bennett

 

Biografía

 

ikolái Andréyevich Rimski-Kórsakov nació el 18 de marzo de 1844 en Tijvin, cerca de Nóvgorod, imperio ruso, en el seno de una familia aristocrática de tradición naval militar.

A los 6 años recibió clases de piano -edad en la que aún no se interesaba por la música-. En 1856, a los 12 años, ingresó en la Academia Naval de San Petersburgo, en la que se graduó de oficial, aunque ello no supuso el abandono de sus estudios musicales.

En 1859 comenzó a estudiar piano con F. A. Canille, quien le presentó en 1861 a Balakirev -que le instó a que probar suerte con la composición- y Cui. Junto con estos dos, además de Borodin y Mussorgsky, formarían el grupo que más tarde se conocería como Los Cinco -jóvenes compositores nacionalistas-, todos eran autodidactas y defendían la espontaneidad como el fundamento en el que debería basarse la música nacional rusa, lo que, según ellos, serviría para alejarla del academicismo occidental. Anton y Nicolai Rubinstein o el mismo Tchaikovsky criticarían esta actitud como la típica de aficionados petulantes. En concreto, Tchaikovsky escribió en 1878 una famosa carta a su protectora Nadezhda von Meck en los siguientes términos: “Todos los nuevos compositores de San Petersburgo son personas dotadas, pero todos están saturados hasta la médula con el peor tipo de vanidad y con una confianza puramente diletantista en su propia superioridad frente a todo el resto del mundo de la música. Rimski-Kórsakov ha sido la excepción reciente”.

En 1871 -cuando aún era oficial de la marina-, y a pesar de haber sido autodidacta y poseedor de una técnica todavía deficiente -la cuál superaría con afanoso estudio-, se convirtió en profesor de composición y orquestación en el Conservatorio de San Petersburgo -actualmente Conservatorio Rimski-Kórsakov-, función que ejerció hasta el día de su muerte. Rimski-Kórsakov funcionó como perfecto eslabón entre el mundo de los amateurs inflamados de espíritu patriótico, capaces de hacer virtud de sus propias carencias, y el académico. Se sintió abrumado por la propuesta, pues, como reconocería en su Autobiografía, por entonces apenas dominaba la armonía, no había realizado en su vida ni un solo ejercicio de contrapunto y su conocimiento de las formas musicales era por completo “nebuloso”. Pero el músico aceptó el cargo y en los siguientes años se acercó a Tchaikovsky para enfrascarse concienzudamente en el estudio del contrapunto, el análisis y la forma, mientras sus antiguos compañeros -sobre todo, Mussorgsky- lo acusaban de renegado y de haberse pasado al enemigo. Pese a todo, con el tiempo, Rimski-Kórsakov se convertiría en un autor de óperas que conservaban intacto el espíritu fundacional de los Cinco.

Abandonó el servicio en la marina en 1873, siendo entonces designado inspector de las orquestas militares de la tropa -puesto que mantuvo hasta 1884-, dedicándose entonces plenamente a la música. Este mismo año contrajo matrimonio con la notable pianista Nadezhda Purgold y presentó en San Petersburgo su primera ópera, La Pskovitana. Considerando que su técnica era incompleta, acometió un amplio estudio de la fuga y el contrapunto, lo que mereció un tributo de admiración de Tchaikovsky en 1875.

Fue director de orquesta en los conciertos de la Escuela gratuita de música entre 1874 y 1881, y subdirector de la Capilla Imperial de 1883 a 1893. A partir de 1886 dirigió los Conciertos Sinfónicos Rusos creados por Beliaiev. Desde principios de la década de los 90 hasta los primeros años del siglo XX presentó un período de gran creatividad, dedicado principalmente a la ópera.

En 1905, Rimski-Kórsakov fue cesado de su cargo de profesor en San Petersburgo debido a sus opiniones políticas, lo que provocó una serie de dimisiones de sus camaradas miembros de la facultad. Gracias a eso, fue reincorporado a su cargo. La controversia política continuó en 1907 con su ópera El gallo de oro, la cual era un ataque a la Rusia Imperial, y fue prohibida desde su estreno.

Fueron discípulos suyos: Liádov, Ippolitov-Ivanov, Grechanínov, Glazunov y Stravinski. Además escribió un Tratado de orquestación que fue mundialmente utilizado por los estudiantes de composición durante todo el siglo XX, pero que en la actualidad se ha abandonado debido a que los ejemplos de instrumentación están tomados sólo de obras propias -lo cual limita la gama de posibilidades de aprendizaje del alumno-. También hizo un Tratado de Armonía y la Crónica de mi vida musical en 1909.

Rimski-Kórsakov fue un maestro de la orquestación y ocupa un lugar destacado en la música sinfónica de finales del siglo XIX, llegando su influencia hasta Debussy y Ravel. En la técnica de sus composiciones, utiliza tanto modos antiguos de la iglesia, así como modos poco frecuentes, con intervalos aumentados y disminuidos. Escribió, entre otras muchas obras: tres Sinfonías entre 1865 y 1884, Sinfonietta sobre temas rusos en 1884, Capricho español en 1887 y Sheherazade en 1888. Finalizó y reinstrumentó algunas obras: de Mussorgski -La Khovanshchina y Boris Gudonov, entre otras-, de Borodin -El príncipe Igor-, de Dargomijsky -El Convidado de piedra- y preparó numerosas partituras de Glinka para su edición. Entre sus óperas se encuentran títulos como Mlada -1889-1890-, Noche de Navidad -1894-1895-, Sadko -1895-1896-, Leyenda de la ciudad invisible de Kitej y La virgen Fevronia -1903-1905-.

Hacia el final de su vida, Rimski-Kórsakov enfermó de angina y falleció el 21 de junio de 1908 en Liubensk, San Petersburgo, imperio ruso. Fue enterrado en el cementerio de Tijvin del monasterio Alexander Nevsky, en San Petersburgo.

Su música es colorista, melodiosa y llena de vigor. Aún sus llamadas sinfonías, la segunda de las cuales se subtitula Antar, tienden a ser descriptivas. Muchas obras suyas poseen marcado carácter oriental, aunque en ellas predomina la influencia del folclore y estilo rusos.

 

El mar y el bajel de Simbad.

"Teresa Carreño" Orquesta Sinfónica Juvenil de Venezuela.
Gustavo Dudamel.