*Fragmentos de la obra.

JUNIO...

EL MARTIRIO DE SAN SEBASTÍAN.

*LA MER.

*DEBUSSY, Y EL PIANO...

*PRELUDIO A LA SIESTA DE UN FAUNO.

El martirio de San Sebastián

 

uando, en primavera de 1911, se anunció en el “Chatelet” una nueva partitura de Debbusy –se trataba de música incidental para el misterio escénico de D’Annunzio, El Martirio de San Sebastián-, los músicos sacudieron la cabeza dubitativos. El 16 de mayo, el Arzobispo de París lo declaró “Ofensivo a las conciencias cristianas” y previno a los feligreses en el sentido de mantenerse apartados de la obra. Indignados, Debussy y D’Annunzio publicaron una réplica en la que decían: “Declaramos… que esta obra profundamente religiosa es no solo una glorificación lírica de este espléndido campeón del cristianismo sino de todo el heroísmo cristiano.”

Sin embargo, durante algún tiempo la obra fué objeto de controversia, con el fútil pretexto de que Ida Rubinstein, que personificaba al Mártir y que había encargado la obra, era de raza judía. Debussy no tomó la pasiva ni optó por el silencio. Concedió una entrevista que se publicó en Comoedia del 18 de mayo, y que dice en parte: “Desde el punto de vista artístico, tales autos no pueden ser tomados en cuenta. Le aseguro a usted que he escrito mi música como si me la hubieran pedido para una iglesia. El resultado es: Música decorativa, si usted quiere; un texto noble transpuesto en sonidos y ritmos; y en el último acto, cuando el santo asciende al cielo, creo que he expresado todos los sentimientos que despierta en sí el meditar en la Ascensión. ¿He logrado mi objetivo? Eso ya escapa a mi juicio. No es de nuestro resorte la fe sencilla de otros días. ¿Es o no ortodoxa la fe expresada por mi música? No puedo decirle. Es mi fe, mi propia fe, cantando con toda sinceridad.”

Por cierto que la figura del Arquero de Dios, el inmaculado “atleta de Cristo” trasuntando a la vez gracia sensual y la llama de una pura fe, atrajo a Debussy de inmediato. El santo, tal como lo presentó D’Annunzio al compositor, es cual imágen que podría esta pintada en un vitral estañado. “He soñado por largo tiempo en un joven sangrante –escribió el poeta italiano- transfigurado en el mito cristiano como el bello dios herido llorado por las mujeres de Biblos ante el catafalco de ébano y púrpura, en el equinoccio vernal. Escogí esta línea de un verso de Verónica Gambara, la gran poetisa italiana del Renacimiento: `El que más me ama, me hiere´. Mi misterio escénico desenvuelve este tema.”

Debussy, absorbido por el tema, inyectó al carácter del intrépido y joven guerrero cristiano elevación espiritual e invistió la punzante historia de fulgor especial, muy por encima de la sugestión de la palabra hablada.

Cada acto o “mansión” es precedida de un preludio. Con propósitos de continuidad, un narrador recita breves fragmentos escogidos del texto. Charles Munich, que siente por esta creación particular simpatía, ha consentido por primera vez en hacerse cargo de los recitados.

 

Sinopsis

 

e levanta el telón sobre la “Corte de los Lirios”, en un palacio romano, donde gemelos cristianos se hallan sujetos a pilares por cadenas; trátase de Marcos y Marcelino. Sebastián, capitán  de los arqueros del Emperador, les insta a no renunciar a su fe; y para poner a prueba su propio valor, danza sobre brasas ardientes, convence a la madre de los mellizos de la necesidad de su sacrificio y realiza varios milagros de curación.

El segundo acto se titula “La Cámara Mágica”. Hay un vasto recinto dedicado a los cultos paganos; en un larario, suerte de altar con ídolos y objetos de hechicería y encantamiento. Secretos de astrólogos y magos se ocultan tras portalones de bronce. Se oye desde dentro la voz de Erigona, “doncella del grano de oro”, y más tarde la de la Sagrada Virgen. Sebastián rompe el conjuro. Con ello irrumpe la luz de la nueva fe, que dispersa la antigua.

El próximo episodio –“El Concilio de los Falsos Dioses”- nos muestra la corte de César Augusto, Emperador de Roma. Sebastián, arquero favorito de Diocleciano, es conducido ante el trono. Pero deposita la lira de Orfeo en tierra, y abjura de las divinidades y el emperador pagano. Diocleciano, se muestra al principio renuente al castigo, pues admira la belleza y arrogancia del joven. Ordena que le colmen de honores y dones y le urge a que abandone la fe cristiana. Sebastián proclama lo inconmovible de su fe y pronuncia palabras que sellan su sentencia a muerte: “César maldito, he roto tu ídolo, he roto tu oro, como tú mismo serás tronchado, pisoteado”. La sentencia es fulminante.

En el cuarto acto –“El Laurel Herido”- la escena representa un bosquecillo de laureles donde tendrá lugar el martirio ordenado por el Emperador: Los arqueros amigos irán acribillando a Sebastián a flechazos, Sanaé, uno de sus fieles camaradas se conduele de que, cuando quisieron salvarle, Sebastián echara todo a perder y prefiriera la muerte. Están nuevamente dispuestos a arriesgar su vida y le facilitarán la huida por el río, hasta que una embarcación le ponga definitivamente a salvo. El joven rechaza la salvación del cuerpo para conquistar la del alma: “¡Tended, tended vuestros arcos, que muero de no morir!” Aguarda impaciente el cielo. Y aparece aquí la idea de la poetisa Gambara: “El que más profundamente me hiere más profundamente me ama –exclama Sebastián-. Las flechas que dan muerte dan vida. Cada flecha es por la salud, para que yo pueda revivir”. Los arqueros están petrificados, y para obedecer las órdenes del Emperador, es necesario que el mártir les inste repetidamente a disparar sobre él. Su cuerpo, lacerado en holocausto a Cristo, en lugar de tortura le produce goce infinito. Cuando Sebastián muere le desatan del laurel y se opera el milagro: Las flechas pasan del mutilado cuerpo al añoso tronco. La música de agonía que comenta esta escena a menudo ha sido comparada a la del sufriente Amfortas en Parcifal.

El acto final –“El paraíso”- está despojado de declamación. La selva se transfigura con celestial irradiación. Coros antifonales de las huestes que moran en el espacio dan la bienvenida al alma de Sebastián, que canta: “Voy, subo. Tengo alas. Todo es blanco. Mi sangre es el maná que blanquea el desierto de Sin. Soy la gota, la chispa y la brizna. Soy un alma, Señor: un alma en tu seno”. El “Coro de todos los Ángeles” insta a la alabanza del Señor con toda la fuerza de que sean capaces los instrumentos de músicos: Tímpanos y órganos, sistros y címbalos, flautas y cítaras. Y sigue la obligada exclamación: “Aleluya”…

 

                                                                                               John Burk

TEXTO COMPLETO DE "EL MARTIRIO DE SAN SEBASTIÁN" EN ESPAÑOL Y FRANCÉS.

EL MARTIRIO DE SAN SEBASTIÁN

 

Primera Morada

 

LA CORTE DE LAS AZUCENAS

 

1 Preludio

 

LOS GEMELOS (Marcos y Marcelino)

¿Hermano, cómo será el mundo

privado de nuestro amor?

Tu corazón pesa en mi alma,

¡como una piedra en la honda!

Lo recojo de las sombras

¡lo lanzo a la luz del día!

Yo era más manso que la paloma,

eres más salvaje que el águila.

¡Siempre y nunca! ¡Nunca y siempre!

El hierro y fuego no pueden atemorizarnos.

Cristo amado, ¡que será de este mundo

privado de todo tu amor!

 

NARRADOR (El Santo)

Si soy digno de servir

a Tu Hijo, el Mártir de mártires,

mi Dios, yo te pido una señal,

si soy digno.

Gloria. ¡oh Cristo Rey!

¡Y ahora depongo mis armas!

Yo soy el arquero seguro de su blanco.

Aquí está el arco doblado,

la aljaba con diecisiete flechas aladas

y el protector del brazo donde está grabado

la figura zodiacal de

la constelación de Sagitario.

Yo te los confío. Yo los ofrezco

a mis escogidos de la cohorte

de Emesa. Aquí están.

¡Soy libre!

Recuerda. ¡Yo soy el blanco!

Recuerda esa terrible esperanza,

y que yo seré digno

para pedirle a Dios

las señales más espectaculares.

 

2 - Coro

 

LOS ARQUEROS DE EMESA (Coro)

¡Sebastián! ¡Sebastián! ¡Sebastián!

¡Tú eres el testigo!

 

NARRADOR (EL SANTO)

Hermanos, mis hermanos,

escucho el sonido de cadenas que se rompen,

el soplo del hacha,

el fulgor del relámpago,

los cuatro vientos

llenos de semillas y lamentos,

¡la levadura de la esperanza terrible!

Hermanos, mis hermanos,

escucho la melodía del combate santo,

el sagrado coro de los siete azotes,

la anunciación de los cielos

y la marcha del nuevo Dios

junto al nuevo hombre,

y los límites de la tierra

temblando como los bordes

de un estandarte que se despliega,

y el trueno que reúne en las tumbas

las almas y huesos

de los muertos!

 

3 Baile Extático de Sebastián

sobre el carbón en brasas

 

LOS GEMELOS, CORO

¡Cantad las alabanzas y la oscuridad desaparece!

¡Dios es y será siempre Dios!

¡Celebrad su nombre por el fuego!

¡Cantad las obras de su clemencia!

¡Alabad sus obras en todas partes!

¡Esparcid su nombre misterioso!

 

NARRADOR (El Santo)

Bailo sobre el calor de las azucenas.

¡Gloria, Oh Cristo Rey!

Exprimo la dulzura de las azucenas.

¡Gloria, Oh Cristo Rey!

¡Mis pies están desnudos en el rocío!

¡Tengo mis pies en el trigo que brota!

¡Brinco como el agua del manantial!

Yo te amo, Rey .

¡Es como si mis venas estuvieran hechas

de música y aurora!

¡Es como si estuviera agitando

una escarcha sonora de estrellas!

Yo te amo, Rey.

 

CORO SERAPHICUS

¡Salud, oh luz!

¡Luz del mundo!

Cruz ancha y profunda,

signo de victoria,

y corona de gloria

y árbol de vida!

 

NARRADOR (El Santo)

Escucho venir otra canción.

Escucho los siete laúdes eternos.

Las azucenas emiten toda la luz

y componen toda la melodía.

Tú los derribaste y ellos renacen.

Tú los quebraste y ellos se yerguen de nuevo.

Ellos son la caña inmortal.

¡Ved! Ellos me obserban,

igual que ángeles,

con ojos cubiertos por el espanto.

 

CORO SERAPHICUS

He aquí los siete testigos de Dios,

los jefes de la milicia fervorosa.

¡Todo el cielo canta!

 

Segunda Morada

 

EL CUARTO MÁGICO

 

1 – Preludio

 

2 - LA VIRGEN ERIGONE

Yo segué la espiga madura,

olvidada del asfódelo.

Mi alma, bajo el cielo clemente,

era hermana de la golondrina.

Mi sombra era casi como el ala

que arrastré en la cosecha.

Y yo era la virgen,

fiel a mi sombra y a mi canción.

 

NARRADOR (El Santo)

Señor, amor, aquí está mi vida.

 

3 - VOZ CELESTIAL

¿Quién llora tan dulcemente por mi niño,

mi azucena florecida en la carne pura?

Él está radiante sobre mis rodillas.

Está sin mancha, y sin heridas.

Mirad. Y en mi cabellera,

todas las estrellas alaban su brillo.

Con el resplandor de su figura él ilumina

mi tristeza en la noche estival.

 

Tercera Morada

 

EL CONCILIO DE LOS FALSOS DIOSES

 

1 [y 2] Preludio

 

NARRADOR (El Santo)

César, yo ya tengo mi corona.

No temo al hierro.

No tengo otro arte que la oración.

César, sabes que yo he escogido mi Dios.

¡Sólo Cristo radia la luz, el único!

Él controla en sus manos

la fuerza del espacio vacío,

como el marinero controla las velas de su nave.

Entre tú y la luz del día, Él está.

Entre tú y el sol muerto,

Él está, el único.

 

3

 

MÚSICOS (Citaristas)

¡Paean, Lira de Oro, Arco de Plata!

Señor de Delos y Smintheus,

el soberano hermoso coronó tu luz.

¡Paean! ¡Oh Apolo!

 

NARRADOR (El Santo)

¡Callad!

Callad, oh citaristas,

de un demonio que no tiene carro,

ni flechas, ni cuerda

para la lira y el arco,

ni una diadema sobre su vergonzosa frente.

¡Silencio! ¡Silencio!

César, César de ojos de lince,

yo bailaré

por tus magos y tus videntes.

Yo bailaré la Pasión

de ese Muchacho asiático,

de ese Príncipe martirizado,

pues la hoja de tu laurel

es como el hierro de la lanza

qué perforó su costado temeroso.

Desde lo profundo de tus ojos, mira.

Escucha, y luego mira.

No tiembles.

César, mira y recuerda

la estrella que se clavó

en el corazón viviente del cielo,

en prenda de la palabra radiante

dicha por boca del Ungido.

Tú lo sabrás.

 

4

 

NARRADOR (El Santo)

¿Has visto a Aquel que yo amo?

¿Lo has visto?

Entonces Él dijo:

"Mi alma está triste pues se acerca la muerte.

Quedaos aquí y velad".

Y se postró, y dijo en su oración:

"Aparta de mí este cáliz, Señor.

Pero no se haga mi voluntad,

sino la tuya"

 

LAS MUJERES DE BIBLOS (Coro)

¡Ah! ¡Tú lloras por el Bienamado!

Lloras por el Arquero del Líbano.

¡Oh hermanas! ¡Oh hermanos!

¡Ay! ¡Tú lloras por Adonis!

¡Él se muere, el bello Adonis!

¡Él está muerto, el bello Adonis!

¡Mujeres, llorad!

Mirad la bella adolescente

inclinada en la purpúrea sangre.

Traed bálsamos e incienso.

 

VOZ SOLA

"Sufro", él gimió. ¡Escuchad!:

"Sufro! ¿Qué he hecho?

Sufro, y me desangro.

El mundo está rojo por mi tormento.

¡Ah! ¿Qué he hecho? ¿Quién me ha herido?

¡Expiro, me muero, oh belleza!

¡Muero, pero para resucitar a la vida eterna!"

 

LAS MUJERES DE BIBLOS (Coro)

¡Adonis! ¡Adonis!

¡Ay! ¡Llorad! ¡Llorad!

 

NARRADOR (El Santo)

¿Y por qué buscas al vivo

entre los muertos?

Ahora, Él está allí, levantado. Él dice:

 

5

"No lloréis más."

 

VOX SOLA

¡Cesad, oh dolientes!

El mundo está iluminado, como Él lo anunció.

¡El Dios resucitado, incólume y joven, florece!

Él ha resucitado y se renueva.

¡Oh hermano de las estaciones gemelas, levántate!

La muerte es inmortal, Dios, por tu sangre,

 

LAS MUJERES DE BIBLOS

Dios, mira a Dios allí.

¡Él se ha levantado!

 

6 Coro

 

CORO SYRIACUS

¡Io! ¡Io! ¡Seguidores de Adonis!

¡Oh hermanas, oh hermanos, regocijaos!

¡El Señor ha resucitado!

Él conduce la danza de las estrellas.

¡Io! ¡Io Soltad vuestros cabellos!

¡Io! ¡Io! ¡Desabrochad vuestros cintos, mujeres!

Del oscuro Hades, donde moran todas las almas,

Él vuelve a nosotros, el Bienaventurado.

 

NARRADOR (El Santo)

¡Jesús, Jesús, ven a mí!

 

7 Coro

 

CORO SYRIACUS

¡Él está muerto, el bello Adonis!

¡Llorad, llorad!

Él descendió hacia los portales oscuros.

Todo lo que es bello, Hades tristemente se lo lleva.

Bajad las antorchas.

¡Eros! ¡Llorad! ¡Llorad!

 

Cuarta Morada

 

EL LAUREL HERIDO

 

1 - Preludio

 

NARRADOR (El Santo)

El César ha dicho:

"Llevadlo al bosque de Apolo.

Atadlo al tronco del más bello laurel y luego,

disparad contra su cuerpo desnudo

todas las flechas que tengáis,

hasta vaciar vuestras aljabas,

hasta que su cuerpo sea

como el de un erizo salvaje."

Sí, mis arqueros, es lo que yo deseo.

Eso será bello.

Sí, yo viviré de nuevo.

Pero para vivir de nuevo,

oh arqueros, debo morir,

es necesario que mi destino se cumpla,

que yo muera por las manos de los hombres...

sus manos... sus manos fraternales.

Yo les digo, yo les digo:

quien más profundamente me hiera,

más profundamente me ama.

 

2

Él está allí, el Pastor. ¡Mirad!

Lleva una oveja alrededor de su cuello,

sobre sus hombros.

¡Arqueros!

¡Acercaos!

Anochece. Hay que apuntar de cerca ,

muy de cerca, para tener precisión.

¡No temáis! ¡No lloréis!

Pero embriagaos, embriagaos con sangre,

como en la batalla.

Apuntad de cerca. Yo soy el blanco.

Desde las profundidades, desde las profundidades,

invoco a vuestro terrible amor.

 

3

 

CORO SYRIACUS

¡Ay! ¡Ay!

¡Ah, llorad, oh mujeres de Siria!

Gritad: "¡Ay, mi Señor!"

Todas las flores se han marchitado.

¡Él va a la descolorida pradera!

¡Gritad! ¡Llorad!

 

NARRADOR (El Santo)

¡Bendito sea el primero!

¡Bendita sea la primera estrella!

¡De nuevo!

¡Tu amor! ¡Tu amor!

¡De nuevo! ¡De nuevo! ¡De nuevo!

¡De nuevo!

¡Amor eterno!

 

CORO SYRIACUS

¡Eros! ¡Llorad!

Él desciende hacia los portales oscuros.

Todo lo que es bello, Hades tristemente se lo lleva.

Bajad las antorchas.

¡Eros! ¡Llorad!

 

Quinta Morada

 

EL PARAÍSO

 

1 Interludio

 

2

 

CORO DE MÁRTIRES

¡Gloria!

¡Bajo nuestra piel, arded, oh heridas!

¿Quién es el que viene?

La azucena de la cohorte,

su tallo es el más fuerte.

¡Alabad el nombre que él lleva: Sebastián!

 

CORO DE VÍRGENES

Tú seas alabado.

Las estrellas distantes

dicen un nombre: el tuyo.

¡Dios te corone!

Toda la oscuridad,

como una gota de agua en tu frente, se disolverá,

Sebastián.

 

CORO DE APÓSTOLES

Tú eres santo.

Quien te nombre verá al Hijo del Hombre.

Quien en su corazón te tenga,

sonreirá con tu gracia.

Juan te ha dado su lugar,

beberás de su copa, Sebastián.

 

CORO DE ÁNGELES

Tú eres bello. Toma seis alas de ángel

y asciende por la escalera

de fuegos musicales,

cantando un nuevo himno

al cielo estrellado

de tus heridas inmortales,

Sebastián.

 

EL ALMA DE SEBASTIÁN

Voy asciendo.

Tengo alas.

Todo es blanco.

Mi sangre es el maná

qué blanquea el desierto de Sinaí.

Soy la gota, la chispa, el relámpago.

Soy un alma, Señor,

una alma en tu seno.

 

CORO DE TODOS LOS SANTOS

¡Alabad al Señor en la inmensidad de su poder!

¡Alabad al Señor con el tímpano y el órgano!

¡Alabad al Señor con trombones y címbalos!

¡Alabad al Señor con la flauta y la cítara!

¡Aleluya!

 

LE MARTYRE DE SAINT SÉBASTIEN

 

Première Maison

 

LA COUR DES LYS

 

1 Prélude

 

LES JUMEAUX

Frère, que sera-t-il le monde,

Allégéde tout notre amour!

Dansmon âme ton coeur est lourd,

Comme la pierre dans la fronde!

Je le pèse; au-delà de l'ombre

Jele jette vers le grand jour!

J'étais plus doux que la colombe,

Tu es plus fauve que l'autour.

Toujours, jamais! Jamais, toujours!

Ferne t'effraie, Feu ne me dompte.

Beau Christ, que serait-il le monde,

Allégé de tout votre amour!

 

RÉCITANT (Le Saint)

Si je suis digne de servir

Ton Fils le Martyr des martyrs,

Mon Dieu, Je te demande un signe,

si je suis digne.

Gloire, ô Christ roi!

Etmaintenant je me désarme!

Jesuis l'Archer certain du but. Voici l'arc double, le carquois fourni

dedix-sept sagettes ailées

etle brassard est gravée

la figure zodiacale

du Sagittaire criblé d'astres.

Je te les comments. Je les offre

á mes élus de la cohorte

d'Emése. Voici.

Je suis libre!

Souvenez-vous. Je suis la Cible!

Souvenez-vous de ce terrible

espoir, et que je serai digne

de demander á Dieu des signes

pluséclatants.

 

N° 2 - Choeur

 

LES ARCHERS D’EMÈSE (choeur)

Sébastien! Sébastien! Sébastien!

Tu es témoin!

 

RÉCITANT (LE SAINT)

Mes frères, mes frères, j'entends

le bruit des chaînes qui se brisent,

le choc de la hache,

l'éclat de la foudre,

les quatre vents

pleins de semences et de cris,

le levain de l'espoir terrible!

Mes frères, mes frères,

j'entends la mélodie du saint combat,

le choeur divin des sept fléaux,

l'annonciation des astres,

et la marche du nouveau dieu

á côté de l'homme nouveau,

et les lisières de la terre

frémissantes comme les bords

d'une bannière qu'on déplie,

et le tonnerre qui relie

dans les tombes, l'âme des morts

aux os des morts!

 

3 Danse extatique de Sébastien

         sur les charbons embrasés

 

LES JUMEAUX , CHOEUR

Hymnes, toute l'ombre s'efface.

Dieuest et toujours sera Dieu!

Célébrez son nom par le feu.

Chantez les oeuvres de sa grâce,

Louez ses oeuvres en tous lieux.

Semez son nom mystérieux!

 

RÉCITANT (Le Saint)

Je danse sur l'ardeur des lys.

Gloire, ô Christ roi!

Jepresse la douceur des lys.

Gloire, ô Christ roi!

J'ai les pieds nus dans la rosée!

J'ai les pieds sur le blé qui pousse!

Jebondis comme l'eau des sources!

Jet’aime, Roi.

C'estcomme si mes veines étaient

faites de musique et d'aurore !

C'estcomme si je secouais

ungivre d'étoiles sonore!

Jet'aime, Roi.

 

CHORUS SERAPHICUS

Salut! O lumière!

Lumière du monde,

Croix large et profonde,

Signe de victoire,

Et palme de gloire,

Et arbre de vie.

 

RÉCITANT (Le Saint)

J'entends venir un autre chant.

J'entendsles sept luths éternels.

Les lys font toute la lumière,

ils font toute la mélodie.

Vousles fauchez, et ils renaissent.

Vousles brisez, ils sont debout.

Ils ont la tige impérissable.

Voyez, voyez! Ils me regardent

comme des anges couverts d'yeux

pour l'épouvante.

 

CHORUS SERAPHICUS

Voici les sept témoins de Dieu,

les chefs de la milice ardente.

Tout le ciel chante!

 

Deuxième Mansion

 

LA CHAMBRE MAGIQUE

 

1 - Prélude

 

2 - LA VIERGE ERIGONE

Je fauchais l'Epi de froment,

oublieuse de l'asphodèle;

mon âme, sous le ciel clément,

était la soeur de l'hirondelle;

Mon ombre m'était presqu'une aile,

que je traînais dans la moisson.

Et j'étais la vierge,

Fidèle à mon ombre et à ma chanson.

 

RÉCITANT (Le Saint)

Seigneur, Amour, voici ma vie.

 

N° 3 - VOX CELESTIS

Qui pleure mon enfant si doux,

mon Lys fleuri dans la chair pure?

Ilest tout clair sur mes genoux,

Ilest sans tache et sans blessure.

Voyez.Et dans ma chevelure

tous les astres louent sa clarté.

Il éclaire de sa figure

ma tristesse et la nuit d'été.

 

Troisième Mansion

 

LE CONCILE DES FAUX DIEUX

 

1 [& 2] Prélude

 

RÉCITANT (Le Saint)

César, j'ai déjà ma couronne.

Je ne crains pas le fer.

Je n'ai d'autre art que la prière.

César, sache que j'ai choisi mon dieu.

Seulle Christ rayonne, l'Unique!

Il régit dans sa main la force

du del creux, comme le marin

serre l'écoute de la voile.

Entre vous et le jour, il est.

Entre vous et le soleil mort,

il est, Unique.

 

3

 

MUSICIENS (Les Citharèdes)

Païan, Lyre d'Or, Arc d'Argent!

Seigneur te Délos et te Sminthe,

Beau roi chevelu te lumière,

Païan! O Apollon!

 

RÉCITANT (Le Saint)

Cessez! Cessez,

ô citharèdes

d'un démon qui n'a plus de char,

ni plus de traits, ni plus de nerfs

a la lyre et a l'arc, ni plus

de diadème sur la honte

de son front. Silence! Silence!

César, César aux yeux de lynx,

je danserai

pourtes mages et tes devins,

je danserai la passion

de ce jeune homme asiatique,

de ce prince supplicié:

car la feuille de ton laurier

est comme le fer de la lance

qui lui perça le flanc anxieux.

De la profondeur de tes yeux,

regarde. Écoute, et puis regarde.

Ne tremble pas.

César, regarde. Et souviens-toi

de l'étoile qui fut clouée

au cœur vivant du ciel, en gage

de la parole radieuse

parlée par la bouche de l'Oint.

Tu la sauras.

 

4

 

RÉCITANT (Le Saint)

Avez-vous vu celui que j'aime?

L'avez-vousvu?

Ildit alors: «Mon âme est triste

jusqu’à la mort. Restez ici

et veillez.» Et il se prosterne

et dit dans sa prière: «Écarte

cette coupe de moi, Seigneur.

Toutefois, non comme je veux

mais comme tu veux

 

LES FEMMES DE BYBLOS (Choeur)

Ah! Tu pleures le Bien-aimé!

Tu pleures l'Archer du Liban.

Ô soeurs! O frères!

Hélas! Tu pleures Adonis!

Il se meurt, le bel Adonis!

Il est mort, le bel Adonis

Femmes, pleurez!

Voyez le bel adolescent

Couché dans la pourpre du sang.

Donnez les baumes et l'encens.

 

VOX SOLA

«Je souffre», il a gémi. Écoute!

«Je souffre!Qu'ai-jefait?

Jesouffre, et je saigne.

Le monde est rouge de mon tourment:

Ah! qu'ai-je fait? Qui m'a frappé?

J'expire, je meus, ô beauté!

Jemeurs, mais pour renaître impérissablement

 

LES FEMMES DE BYBLOS (Choeur)

Adonis! Adonis!

Hélas! Pleurez! Pleurez!

 

RÉCITANT (Le Saint)

Etpourquoi cherche-vous parmi les morts

celui qui est vivant!

Or, Il est , debout. Il dit:

 

N° 5

"Ne pleurez plus ."

 

VOX SOLA

Cessez, ô pleureuses!

Le monde est lumière, tel qu'il l'annonce.

Il renaît dieu, vierge et jeune homme, le Florissant

Il renaît, il se renouvelle.

O frère des saisons jumelles, debout!

La mort est immortelle, dieu, par ton sang.

 

LES FEMMES DE BYBLOS

Le dieu, voilà le dieu!

Ilest debout!

 

N° 6 Chœur

 

CHORUS SYRIACUS

Io! Io! Adoniastes!

Ô soeurs, ô frères, exultez!

Le Seigneur est ressuscité!

Il conduit la danse des astres.

Io! Io! Déliez vos cheveux,

Io! Io! Dénouez vos ceintures, femmes!

Du noir Hades sont les âmes

Il nous revient, le Bienheureux.

 

RÉCITANT (Le Saint)

Jésus. Jésus, à moi!

 

7 Choeur

VOZ SOLA

"Sufro", él gimió. ¡Escuchad!:

"Sufro! ¿Qué he hecho?

Sufro, y me desangro.

El mundo está rojo por mi tormento.

¡Ah! ¿Qué he hecho? ¿Quién me ha herido?

¡Expiro, me muero, oh belleza!

¡Muero, pero para resucitar a la vida eterna!"

 

LAS MUJERES DE BIBLOS (Coro)

¡Adonis! ¡Adonis!

¡Ay! ¡Llorad! ¡Llorad!

 

NARRADOR (El Santo)

¿Y por qué buscas al vivo

entre los muertos?

Ahora, Él está allí, levantado. Él dice:

 

5

"No lloréis más."

 

VOX SOLA

¡Cesad, oh dolientes!

El mundo está iluminado, como Él lo anunció.

¡El Dios resucitado, incólume y joven, florece!

Él ha resucitado y se renueva.

¡Oh hermano de las estaciones gemelas, levántate!

La muerte es inmortal, Dios, por tu sangre,

 

LAS MUJERES DE BIBLOS

Dios, mira a Dios allí.

¡Él se ha levantado!

 

6 Coro

 

CORO SYRIACUS

¡Io! ¡Io! ¡Seguidores de Adonis!

¡Oh hermanas, oh hermanos, regocijaos!

¡El Señor ha resucitado!

Él conduce la danza de las estrellas.

¡Io! ¡Io Soltad vuestros cabellos!

¡Io! ¡Io! ¡Desabrochad vuestros cintos, mujeres!

Del oscuro Hades, donde moran todas las almas,

Él vuelve a nosotros, el Bienaventurado.

 

NARRADOR (El Santo)

¡Jesús, Jesús, ven a mí!

 

7 Coro

 

CHORUS SYRIACUS

Il est mort/se meurt, le bel Adonis!

Pleurez! Pleurez!

Il descend vers la noires portes.

Tout ce qui est beau, l’Hades morne l'emporte.

Renversez les torches.

Eros! Pleurez! Pleurez!

 

Quatrième Mansion

 

LE LAURIER BLESSÉ

 

1 Prélude

 

RÉCITANT (Le Saint)

César a dit: "Amenez le

au bois d'Apollon; liez-le

au tronc du plus beau des lauriers;

puis décochent contre son corps

nu toutes vos flèches jusqu'à

ce que vous vidiez les carquois,

jusqu’à ce que son corps soit

pareil au hérisson sauvage."

Oui, mes archers, c'est ce que je veux.

Cesera beau.

Oui, je saisrevivre.

Maispour revivre,

ôArchers, il faut que je meure,

il faut que mon destin s'accomplisse,

que des mains d'hommes me tuent.. .

Vosmains. . . vos mains fraternelles.

Je vous le dis, je vous le dis:

celui qui plus profondément me blesse,

plusprofondément m'aime.

 

N° 2

I1 est , le Pasteur. Regardez.

Il porte la brebis autour de son cou,

sur ses épaules.

Archers!

Rapprochez-vous .

La nuit tombe . Il faut qu'on mire de près,

de près, pour frapper juste

Ne tremblez pas, ne pleurez pas!

Mais soyez ivres, soyez ivres

de sang, comme dans les combats.

Visez de près. Je suis la Cible.

Des profondeurs, des profondeurs

j'appelle votre amour terrible.

 

3

 

CHORUS SYRIACUS

Hélas! Hélas!

Ah! Pleurez, ô femmes de Syrie.

Criez: «Hélas! ma Seigneurie

Toutes les fleurs se sont flétries.

Il va dans la pâle prairie!

Criez! Pleurez!

 

RÉCITANT (Le Saint)

Béni soit le premier! Bénie

soit l'étoile première!

Encore!

Votre amour! Votre amour!

Encore! Encore! Encore!

Encore!

Amour éternel!

 

CHORUS SYRIACUS

Eros! Pleurez!

Il descend vers les noires portes.

Tout ce qui est beau, l'Hades morne l'emporte.

Renversez les torches.

Eros! Pleurez!

 

Cinquième Maison

 

LE PARADIS

 

1 Interlude

 

N° 2

 

CHORUS MARTYRUM

Gloire!

Sousnos armures flamboyez, ô blessures!

Qui est celui qui vient?

Le lys de la cohorte.

Sa tige est la plus forte.

Louez le nom qu'il porte: Sébastien!

 

CHORUS VIRGINUM

Tu es loué.

L'étoile de loin parle à l'étoile

Et dit un nom: le tien.

Dieute couronne.

Toutela nuit, comme une goutte

A ton front, est dissoute,

Sébastien.

 

CHORUS APOSTOLORUM

Tu es Saint. Qui te nomme

Verra le Fils de l'Homme.

Qui sur son cœur te tient,

Sourire de ta grâce.

Jean t'a donné sa place,

Tu boiras dans sa tasse, Sébastien.

 

CHORUS ANGELORUM

Tu es beau. Prends six ailes d'Ange,

Etviens dans l'échelle

Des Feux musiciens,

Chanter l'hymne nouvelle

Au ciel qui se constelle

De tes plaies immortelles,

Sébastien.

 

ANIMA SEBASTIANI

Je viens, je monte.

J'aides ailes.

Tout est blanc.

Mon sang est la manne

Qui blanchit le désert de Sin.

Je suis la goutte, l'étincelle et le fétu.

Je suis une âme, Seigneur,

Une âme dans ton sein.

 

CHORUS SANCTORUM OMNIUM

Louez le Seigneur dans l'immensité de sa force.

Louez le Seigneur sur le tympanon et sur l'orgue

Louez le Seigneur sur le sistre et sur la cymbale.

Louez le Seigneur sur la flûte et sur la cithare.

Alléluia.

 

Jean-Christophe Paré baila maravillosamente uno de los climax del único ballet   creado por   Robert Wilson (co-coreografeado con Susushi Hanayaghi) de "El   martirio de San Sebastián".