*Nessun dorma/Pourquoi me revellier/Recitar! Vesti la giubba/Una furtiva lagrima/Cantici de Noel/Ave Maria/Torna a Surriento.

La melancolía del perpetuo adiós a las cosas que se han ido es todavía un modo de retenerlas, es el pago en tristeza, en gracia del cual revivimos en nuestra alma momentos de felicidad ya idos…

a muerte de Luciano Pavarotti conmocionó hoy al mundo entero. El cantante italiano, uno de los tenores más importantes del siglo XX, murió a los 71 años en Módena, su ciudad natal. El año pasado se le diagnosticó un cáncer de páncreas y especialistas en Nueva York se lo extirparon, pero el cantante no consiguió restablecerse por completo. Desde entonces vivió retirado en Módena con su segunda esposa Nicoletta Mantovani y la hija de ambos, Alice. Conciente de su enfermedad, meses atrás escribió en su página de Internet que esperaba "ser recordado como un cantante de ópera".

Solo la muerte

Pablo Neruda

Hay cementerios solos,

tumbas llenas de huesos sin sonido,

el corazón pasando un túnel

oscuro, oscuro, oscuro,

como un naufragio hacia adentro nos morimos,

como ahogarnos en el corazón,

como irnos cayendo desde la piel al alma.

 

Hay cadáveres,

hay pies de pegajosa losa fría,

hay la muerte en los huesos,

como un sonido puro,

como un ladrido sin perro,

saliendo de ciertas campanas, de ciertas tumbas,

creciendo en la humedad como el llanto o la lluvia.

 

Yo veo, solo, a veces,

ataúdes a vela

zarpar con difuntos pálidos, con mujeres de trenzas muertas,

con panaderos blancos como ángeles,

con niñas pensativas casadas con notarios,

ataúdes subiendo el río vertical de los muertos,

el río morado,

hacia arriba, con las velas hinchadas por el sonido de la muerte,

hinchadas por el sonido silencioso de la muerte.

 

A lo sonoro llega la muerte

como un zapato sin pie, como un traje sin hombre,

llega a golpear con un anillo sin piedra y sin dedo,

llega a gritar sin boca, sin lengua, sin garganta.

Sin embargo sus pasos suenan

y su vestido suena, callado, como un árbol.

 

Yo no sé, yo conozco poco, yo apenas veo,

pero creo que su canto tiene color de violetas húmedas,

de violetas acostumbradas a la tierra

porque la cara de la muerte es verde,

y la mirada de la muerte es verde,

con la aguda humedad de una hoja de violeta

y su grave color de invierno exasperado.

 

Pero la muerte va también por el mundo vestida de escoba,

lame el suelo buscando difuntos,

la muerte está en la escoba,

es la lengua de la muerte buscando muertos,

es la aguja de la muerte buscando hilo.

La muerte está en los catres:

en los colchones lentos, en las frazadas negras

vive tendida, y de repente sopla:

sopla un sonido oscuro que hincha sábanas,

y hay camas navegando a un puerto

en donde está esperando, vestida de almirante.

 

Nessun dorma, de la ópera Turandot de Giacomo Puccini.

Ave Verum Corpus - L'addio a Luciano Pavarotti.
Andrea Bocelli.

“Ave verum corpus” es una antigua oración anónima del siglo XIV dedicada a Jesucristo presente en la Eucaristía. Este motete fue compuesto por Wolfgang Amadeus Mozart en junio de 1791 para la fiesta del Corpus, a petición de su amigo Anton Stoll. Mozart morirá seis meses después a punto de cumplir los 36 años de edad….



Ave Verum Corpus natum de Maria Virgine,

Vere passum immolatum in cruce pro homine,

Cujus latus perforatum Unda fluxit et sanguine,

Esto nobis praegustatum in mortis examine,

O Iesu dulcis, O Iesu pie, O Iesu fili Mariae,

Miserere mei. Amen.

 

Salve verdadero cuerpo nacido de la Virgen María,

Que realmente has padecido y te has ofrecido en la cruz por el hombre,

De tu costado traspasado brotó agua y sangre,

Sé para nosotros descanso en el momento de la muerte,

Oh Jesús dulce, Jesús piadoso, Jesús hijo de María,

Ten piedad de mí. Amen.