l Réquiem de Dvorak sintetiza y armoniza diversas tendencias estilísticas del siglo XIX y merece situarse junto a aquellos otros célebres Réquiem del mismo período.

Un motivo temático central unifica toda la obra, pero además en el Ofertorio se recurre al material musical de un antiguo himno checo y en el Sanctus a ciertas melodías folklóricas. Asimismo, la orquestación revela una búsqueda de profundidad y reflexión: los bronces se reducen a dos trompetas, se suma el órgano y a las maderas se añaden en ciertos puntos el clarinete bajo, el corno inglés y el contrafagot.