*Fragmentos de Aida.

Aida

 

iuseppe Verdi recibió del Jedive de Egipto, Ismail Pachá, el encargo de componer una ópera de ambiente egipcio, para que su estreno coincidiera con los fastos de la inauguración del Canal de Suéz. Sin embargo, la apertura del Canal tuvo lugar el 17 de noviembre de 1869 y la ópera no estaba aún terminada, por lo que tuvo que representarse "Rigoletto" del propio Verdi.

"Aida" fue estrenada en el Teatro de la Ópera del Cairo, el 24 de diciembre de 1871 sin la presencia de su autor, ya que los viajes por mar estaban muy lejos de su ánimo, por medio de un telegrama se enteró aquella misma noche del extraordinario triunfo de su obra. La representación fue grandiosa, como detalle citaremos que la corona que ceñía Amneris era de oro macizo y las armas de Radamés de plata. Fueron sus protagonistas Antonietta Pozzoni (Aida), Pietro Mongini (Radamés), Eleonora Grossi (Amneris), Francesco Steller (Amonastro) y la dirección de Giovanni Bottesini.

Dos meses más tarde se estrenó, con la presencia de su autor, en el Teatro de la Scala de Milán, el 8 de febrero de 1872. El papel de Aida fue interpretado por Teresa Stolz (1834-1902) que tanta influencia tendría a lo largo de la vida de Verdi. Constituyó un éxito clamoroso y el maestro tuvo que salir a saludar 32 veces. En esta versión de la Scala, que ha quedado como definitiva, Verdi añadió la famosa aria para soprano "O patria mia".

Los autores del libreto fueron Antonio Ghislanzoni y Camille du Locle, en estrecha colaboración con el propio Verdi. Se basa en el drama homónimo de Auguste Mariette Bey, insigne egiptólogo.

 

Texto

 

                                         Personajes

 

AIDA                                -Esclava Etíope-                  Soprano Dramática

AMNERIS                         -Hija del Faraón-                         Mezzosoprano

RADAMÉS                        -General Egipcio-                     Tenor Dramático

AMONASTRO           -Rey de Etiopía y Padre de Aida-                    Barítono

RAMFIS                  -Sumo Sacerdote del Dios Amón-                        Bajo

FARAÓN                            -Rey de Egipto-                                      Tenor

 

(La acción tiene lugar en Menfis y en Tebas en tiempo del poder de los faraones del Imperio Nuevo de la dinastía XIX o XX)

 

Resumen del primer acto

 

Escena 1

En una habitación del Palacio Real en Memphis.

 

Radamès, el capitán de la guardia real, se entera por parte de Ramfis, el cabecilla de los Altos Párrocos, que los etíopes están planeando una guerra y que la diosa Isis ya ha decidido el nombre del supremo comandante de Egipto para que guíe al ejército egipcio hacia la victoria. Radamès está encantado con la nueva noticia y espera ser el elegido. Se imagina una gloriosa victoria de la cual puede regresar triunfantemente a liberar a su amada Aida, esclava de Amneris, la hija del Rey egipcio. Amneris aparece y Radamès le habla de su deseo de ser escogido por Isis, sin hacer mención de sus sentimientos por Aida, sin embargo Amneris comienza a sospechar. Poco tiempo después, Aida se aproxima y Amneris ve en sus ojos el amor que siente por Radamès. Frente a esto la joven princesa jura venganza, pues también ella se ha enamorado del joven capitán. Mientras tanto el entra el Rey precedido de sus guardias y seguido Ramfis y otros curas. En ese momento ingresa al salón un mensajero quien comunica que los etíopes han invadido Egipto y están marchando contra Tebas, guiados por el poderoso guerrero Amonasro. El Rey anuncia que Isis ha señalado a Radamès como supremo comandante. El pueblo irrumpe en llanto en homenaje al gran capitán, mientras Amneris interrumpe la canción coral suplicándole a su guerrero que regrese victorioso. Sólo Aida se encuentra triste pues la victoria de Radamès, a quien ella ama, significa la derrota de su propio padre, el Rey de Etiopía, quien ha comenzado la guerra para liberar a su hija de la esclavitud. En este momento de dolor, Aida pide a los dioses que se apiaden de ella.

 

Escena 2

Dentro del templo del Volcán en Memphis.

 

Los sacerdotes y las sacerdotisas cantan un himno a los dioses. Radamès entra vestido para la batalla, recibe la espada sagrada y es consagrado a Fthà para que lo proteja en la guerra y lo guíe hacia la victoria.

TEXTO COMPLETO DEL PRIMER ACTO EN ESPAÑOL E ITALIANO.

ACTO I

Escena 1

 

(Sala en el palacio real de Menfis.

Radamés consulta a Ramfis.)

 

RAMFIS

Sí: corre la voz de que los etíopes

se arriesgan a desafiarnos de

nuevo y amenazar

el valle del Nilo y Tebas.

Dentro de poco un mensajero

nos dirá la verdad.

 

RADAMÉS

¿Has consultado a la sagrada Isis?

 

RAMFIS

Es ella quien ha nombrado al jefe

supremo de las falanges egipcias.

 

RADAMÉS

¡Oh, que afortunado!

 

RAMFIS

Es joven y valeroso.

Voy a llevar al rey ahora

los decretos de la diosa.

 

RADAMÉS

¡Si fuera yo ese guerrero!

¡Si mi sueño se cumpliera!

¡Un ejército de valientes,

guiados por mí, y la victoria,

y el aplauso de toda Menfis!

Y a ti, mi dulce Aida,

regresar ceñido de laureles,

y decirte: ¡he luchado por ti,

por ti he vencido!

Celeste Aida forma divina,

mística corona de luz y flor,

de mi pensamiento eres la reina,

de mi vida eres esplendor.

Tu hermoso cielo

quisiera devolverte,

las suaves brisas del suelo patrio,

poner sobre tu cabeza

una corona real,

erigirte un trono

cercano al sol, ¡ah!, etc.

 

AMNERIS

(entra durante el monólogo y se

detiene observando a Radamés)

¡Qué insólita alegría

en tu mirada!

¡Con qué noble altivez

resplandece tu rostro!

¡Cuán digna de envidia

sería la mujer

cuyo deseado semblante

formase en ti una luz tan gozosa!

 

RADAMÉS

En un sueño afortunado

mi corazón se complacía.

Hoy la diosa ha pronunciado

el nombre del guerrero

que conducirá las tropas egipcias

a la batalla.

¡Ah!¡si yo fuese el elegido

para tal honor!

 

AMNERIS

¿Ningún otro sueño,

más gentil, más suave,

le habló nunca a tu corazón?

¿No tienes en Menfis

deseos, esperanzas?

 

RADAMÉS

(para sí)

¿Yo?

¡Qué pregunta!

Quizás ha descubierto

el amor secreto

que arde en mi corazón.

 

AMNERIS

(para sí)

¡Ay si otro amor

ardiera en su corazón!

 

RADAMÉS

¡Quizá el nombre de su esclava

ha leído en mi pensamiento!

 

AMNERIS

¡Ay si mi mirada penetra

en este misterio fatal!, etc.

 

RADAMÉS

¡Quizá leyó en mi pensamiento!

 

(viendo entrar a Aida)

 

¡Ella!

 

AMNERIS

Se turba

!Ah, qué mirada le ha dirigido!

¡Aida!

¿Quizás sea ella mi rival?

 

(dirigiéndose a Aida)

 

Ven, querida, acércate;

no eres esclava ni sirvienta,

aquí, donde, con dulce agrado,

te he llamado hermana.

¿Lloras? Revélame el secreto

de tus lágrimas.

 

AIDA

¡Ay! Oigo rugir

el atroz grito de guerra,

temo por mi infeliz patria,

por mí, por vos.

 

AMNERIS

¿Dices la verdad?

¿No te atormenta algo más grave?

 

(para sí)

 

¡Ah, tiemblas, esclava culpable!

 

RADAMÉS

(para sí, mirando a Amneris)

En su rostro brillan

el enojo y la sospecha.

 

AMNERIS

¡Ah, tiembla, esclava culpable

tiembla si penetro en tu corazón!

 

RADAMÉS

¡Ay de nosotros si leyera en

nuestros corazones

nuestro amor secreto!

 

AMNERIS

(para sí)

¡Tiembla si adivino la razón

de ese llanto y ese rubor!

¡Tiembla, esclava culpable,

tiembla si penetro en tu corazón...

 

RADAMÉS

(para sí)

¡Ay si leyera

n nuestros corazones!;

en su rostro brillan

el enojo y la sospecha, etc.

 

AIDA

(para sí)

¡Ah!, no sólo por mi patria

llora mi corazón;

¡las lágrimas que derramo

son por un amor desdichado! etc.

 

REY

Un importante asunto os reúne,

oh fieles egipcios,

en torno a vuestro rey.

Un mensajero acaba de llegar

de la frontera de Etiopía;

trae graves noticias.

Os ruego que le escuchéis.

¡Que avance el mensajero!

 

MENSAJERO

(adelantándose)

¡El sagrado suelo egipcio

ha sido invadido

por los bárbaros etíopes;

nuestros campos

han sido devastados,

incendiadas las mieses;

y envalentonados

por la fácil victoria,

los saqueadores ya avanzan

contra Tebas!

 

RADAMÉS, REY,

RAMFIS, SACERDOTES,

MINISTROS, CAPITANES

¡Tanto osan!

MENSAJERO

¡Un guerrero indomable, feroz,

los capitanea: Amonasro!

 

RADAMÉS, REY,

RAMFIS, SACERDOTES,

MINISTROS, CAPITANES

¡El rey!

 

AIDA

(para sí)

¡Mi padre!

 

MENSAJERO

Ya Tebas ha tomado las armas

y por sus cien puertas

se volcará sobre

el bárbaro invasor,

guerreando y dándole muerte.

 

REY

¡Sí!,

¡guerra y muerte sea nuestro grito!

 

RAMFIS, SACERDOTES,

MINISTROS, CAPITANES

¡Guerra, guerra, guerra!

¡Tremenda, inexorable!

 

REY

La adorada Isis

ya ha designado

al jefe supremo de nuestras

tropas invencibles: ¡Radamés!

 

AIDA, AMNERIS,

MINISTROS, CAPITANES

¡Radamés!

 

RADAMÉS

¡Ah!

¡Sean dadas gracias a los dioses!

¡Mis ruegos han sido atendidos!

 

AMNERIS

¡Él jefe, él jefe!

AIDA

(para sí)

¡Tiemblo, tiemblo!

 

MINISTROS, CAPITANES

!Radamés,

Radamés!

 

REY

Dirígete, ¡oh, guerrero!,

al templo de Vulcano.

Cíñete las armas sagradas

y vuela hacia la victoria.

¡Vamos! Corred hasta las sagradas

orillas del Nilo, héroes egipcios;

que de todos los corazones

prorrumpa el grito:

¡guerra y muerte al extranjero!

 

RADAMÉS

¡Gloria a los dioses!

Que todos recuerden

que son ellos quienes deciden

los eventos,

que el destino del guerrero

sólo está en manos de los dioses.

 

MINISTROS, CAPITANES

¡Vamos!

En las sagradas orillas del Nilo

nuestros pechos formen barrera;

que resuene un único grito:

¡guerra y muerte al extranjero!

 

RAMFIS

Que todos recuerden. etc.

 

REY

¡Vamos, vamos!

En las sagradas orillas del Nilo...

 

AIDA

(para sí)

¿Por quién llorar?

¿Por quién rezo?

¡Qué poder me une a él!

¡Debo amarlo aunque sea

un enemigo, un extranjero!

 

RADAMÉS

Un sagrado estremecimiento

de gloria invade toda mi alma.

¡Vamos! ¡Corramos a la victoria!

¡Guerra y muerte al extranjero!

 

AMNERIS

De mi mano recibe, ¡oh jefe!,

el glorioso estandarte;

para que te guíe e ilumine

por el sendero de la gloria.

 

REY, MINISTROS,

CAPITANES

¡Vamos!

En las sagradas orillas del Nilo...

 

RAMFIS, SACERDOTES

¡Gloria a los dioses! etc.

 

AMNERIS

Para que te guíe, etc.

 

AIDA

¿Por quién llorar? etc.

 

RADAMÉS, MENSAJERO

¡Vamos! ¡Corramos a la victoria!.

 

TODOS

¡Guerra, guerra, guerra!

 

AIDA

¡Debo amarle, y veo en él

un enemigo, un extranjero!, etc.

 

TODOS

(menos Aida)

¡Guerra, guerra! ¡Exterminio!

¡Exterminio al invasor!, etc.

 

AMNERIS

(volviéndose hacia Radamés)

¡Vuelve vencedor!

 

TODOS

¡Vuelve vencedor!

 

(Todos salen excepto Aida.)

 

AIDA

¡Vuelve vencedor!

¡Y mis labios pronuncian

esa palabra impía!

Vencedor de mi padre,

de él que empuña las armas

por mí,

para devolverme una patria,

un reino y el ilustre nombre

que aquí me es forzoso ocultar.

¡Vencedor de mis hermanos...

Quizás lo vea,

teñido de sangre amada,

triunfar entre el aplauso

de las cohortes egipcias!

¡Y tras su carro, un rey,

mi padre, cargado de cadenas!

¡Oh, dioses, olvidad

esas palabras insensatas!

Devolved a la hija

al seno de su padre;

¡destruid los escuadrones

de nuestros opresores!

¡Ah! ¡Desgraciada!

¿Qué estoy diciendo?

¿Y mi amor?

¿Acaso puedo olvidar

este amor ferviente que aquí,

aunque esclava y oprimida,

como un rayo de sol

me ha hecho feliz?

¡Desearé la muerte a Radamés,

a él, al que tanto amo!

¡Ah!, nunca en la tierra

se vio un corazón desgarrado

por angustias más crueles.

Los sagrados nombres

de padre, de amante,

no puedo pronunciar ni recordar.

Por eso me hallo,

confusa y temblorosa,

quisiera rogar, por uno y por otro.

Pero mi plegaria

se transforma en blasfemia.

El llanto es delito para mí,

y culpa el suspiro.

Mi mente está perdida

en la noche oscura,

y en esta angustia cruel

quisiera morir.

¡Dioses,

apiadaos de mi sufrimiento!

Mi dolor no tiene esperanzas.

Amor fatal, tremendo amor,

despedázame el corazón,

hazme morir!, etc.

 

Escena 2

 

(Interior del templo de Vulcano)

 

(Ramfis y los sacerdotes están ante

el altar; la gran sacerdotisa y las

sacerdotisas permanecen fuera de

escena.)

 

GRAN SACERDOTISA,

SACERDOTISAS

Poderoso, poderoso Fthá,

espíritu animador

del mundo, ¡ah!

¡Nosotros te invocamos!

 

RAMFIS, SACERDOTES

Tú que de la nada has creado

las aguas, la tierra, el cielo,

¡nosotros te invocamos!

 

GRAN SACERDOTISA,

SACERDOTISAS

Inmenso, inmenso Fthá,

espíritu fecundador del mundo,

¡ah! ¡Nosotros te invocamos!

 

RAMFIS, SACERDOTES

Dios que eres hijo y progenitor

de tu espíritu,

¡nosotros te invocamos!

 

GRAN SACERDOTISA,

SACERDOTISAS

Fuego no creado, eterno,

que alumbró la luz del sol, ¡ah!

¡Nosotros te invocamos!

 

GRAN SACERDOTISA,

SACERDOTISAS

Vida del universo,

mito de eterno amor,

¡nosotros te invocamos!

 

(Danza sagrada

de las sacerdotisas)

 

(Radamés entra en el templo

y se dirige al altar.)

 

GRAN SACERDOTISA,

SACERDOTISAS

¡Inmenso Fthá!

 

RAMFIS, SACERDOTES

¡Nosotros te invocamos!

 

RAMFIS

(a Radamés)

Mortal, amado por los dioses,

el destino de Egipto

te ha sido confiado.

 

RAMFIS, SACERDOTES

Que la espada sagrada,

templada por los dioses,

en tu mano se convierta

para los enemigos

en terror, rayos y muerte.

 

RAMFIS

¡Oh dios!, protector y vengador

de esta sagrada tierra,

extiende tu mano

sobre el suelo egipcio.

 

RADAMÉS

¡Oh dios!, que eres jefe y juez

de todas las guerras humanas,

protege y defiende

el sagrado suelo egipcio.

 

RAMFIS

Extiende tu mano, etc.

 

SACERDOTES

¡Oh dios!, protector y vengador...

 

SACERDOTISAS

Poderoso, poderoso Fthá,

creador del mundo, ¡ah!, etc.

 

RADAMÉS, SACERDOTES

¡Poderoso Fthá!,

espíritu fecundador.

Tú que de la nada has creado

el mundo...

 

RADAMÉS, RAMFIS,

SACERDOTES

¡Inmenso Fthá!

 

ATTO I

Scena 1

 

RAMFIS

: corre voce che l'Etiope

ardisca Sfidarci ancora,

e del Nilo la valle e Tebe

minacciar.

Fra breve un messo

recherà il ver.

 

RADAMÈS

La sacra Iside consultasti?

 

RAMFIS

Ella ha nomato dell'egizie falangi

Il condottier supremo.

 

RADAMÈS

Oh lui felice!

 

RAMFIS

Giovanee prode è desso.

Ora, del nume reco

i decreti al re.

 

RADAMÈS

Se quel guerrier io fossi!

Se il mio sogno si avverasse!

Un esercito di prodi

da me guidato, e la vittoria,

e il plauso di Menfi tutta!

E a te, mia dolce Aida,

tornar di lauri cinto,

dirti: per te ho pugnato,

per te ho vinto!

Celeste Aida, forma divina,

mistico serto di luce e fior,

del mio pensiero tu sei regina,

tu di mia vita sei lo splendor.

Il tuo bel cielo

vorrei ridarti,

le dolci brezze del patrio suol,

un regal serto

sul crin posarti,

ergerti un trono

vicino al sol, ah!, ecc.

 

AMNERIS

Quale insolita gioia

nel tuo sguardo!

Di quale nobil fierezza

ti balena il volto!

Degna d'invidia, oh! quanto

saria la donna

il cui bramato aspetto

tanta luce di gaudio in te destasse!

 

RADAMÈS

D'un sogno avventuroso

si beava il mio cuore.

Oggi, la diva profferse

il nome del guerrier

che al campo le schiere egizie

condurrà.

Ah!s'io fossi a tal onor

prescelto!

 

AMNERIS

un altro sogno mai

più gentil, più soave,

al core ti parlò?

Non hai tu in Menfi

desideri, speranze?

 

RADAMÈS

Io?

Quale inchiesta!

Forse

l'arcano amore

scoprì che m'arde in core.

 

AMNERIS

O! guai se un altro amore

ardesse a lui nel core!

 

RADAMÈS

Della sua schiava il nome

mi lesse nel pensier!

 

AMNERIS

Guai se il mio sguardo penetra

questo fatal mister, ecc.

RADAMÈS

Forse mi lesse nel pensier!

Dessa!

 

AMNERIS

Ei si turba.

Ah! quale sguardo rivolse a lei!

Aida!

A me rivale forse saria costei?

Vieni, o diletta, appressati;

schiava non sei ancella

qui dove in dolce fascino

io ti chiamai sorella.

Piangi? Delle tue lacrime

svela il segreto a me.

 

AIDA

Ohimè! Di guerra fremere

l'atroce grido io sento.

Per l'infelice patria,

perme, per voi pavento.

 

AMNERIS

Favelli il ver?

s'agita più grave cura in te?

Trema, o rea schiava!

 

RADAMÈS

Nel volto a lei balena

lo sdegno ed il sospetto.

 

AMNERIS

Ah, trema, rea schiave, trema,

ch'io nel tuo cor discenda!

 

RADAMÈS

Guai se l'arcano affetto

a noi leggesse

in core!

 

AMNERIS

Trema che il ver m'apprenda

quel pianto e quel rossor!

Rea schiava, trema,

ch'io nel tuo cor discenda...

 

RADAMÈS

Guai se leggesse

in cor!;

nel volto a lei balena

lo sdegno ed il sospetto, ecc.

 

AIDA

Ah no! sulla mia patria

nongeme il cor soltanto;

quello ch'io verso è pianto

di sventurato amor! ecc.

 

IL RE

Alta cagion v'aduna,

o fidi Egizi,

al vostro Re d'intorno.

Dai confina d'Etiopia

un messaggero dinanzi giungea.

Gravi novelle ei reca.

Vi piaccia udirlo.

Ilmessagger s'avanzi!

 

MESSAGGERO

Ilsacro suolo dell'Egitto

èinvaso

dai barbari Etiopi;

i nostri campi

fur devastati,

arse le messi;

e baldi

della facil vittoria,

i predatori già marciano

su Tebe!

 

RADAMÈS, IL RE,

SACERDOTI, RAMFIS,

MINISTRI, CAPITANI

Ed osan tanto!

 

MESSAGGERO

Un guerriero indomabile, feroce,

li conduce: Amonasro.

 

RADAMÈS, IL RE,

SACERDOTI, RAMFIS,

MINISTRI, CAPITANI

Il Re!

 

AIDA

Mio padre!

 

MESSAGGERO

Già Tebe è in armi

e dalle cento porte

sul barbaro invasore

proromperà,

guerra recando e morte.

 

IL RE

:

guerra e morte il nostro grido sia!

 

RAMFIS, SACERDOTI,

MINISTRI, CAPITANI

Guerra! guerra! guerra!

Tremenda, inesorata!

 

IL RE

Iside venerata

di nostre schiere invitte

già designava

il condottier supremo: Radamès!

 

AIDA, AMNERIS,

MINISTRI, CAPITANI

Radamès!

 

RADAMÈS

Ah!

Sien grazie ai numi!

Son paghi i voti miei!

 

AMNERIS

Ei duce! Ei duce!

 

AIDA

Io tremo! Io tremo!

 

MINISTRI, CAPITANI

Radamès!

Radamès!

 

IL RE

Or, di Vulcano al tempio

muovi, o guerrier.

Le sacre armi ti cingi

e alla vittoria vola.

Su! del Nilo al sacro lido

accorrete, egizi eroi,

da ogni cor

prorompa il grido:

guerra e morte, morte allo stranier!

 

RADAMÈS

Gloria ai numi!

Ognun rammenti

ch'essi reggono

gli eventi,

che in poter dei numi solo

stan le sorti del guerrier.

 

MINISTRI, CAPITANI

Su!

del Nilo al sacro lido

sian barriera i nostri petti;

non echeggi che un sol grido:

guerra, guerra e morte allo stranier!

 

RAMFIS

Ognunrammenti, ecc.

 

IL RE

Su! su!

Del Nilo al sacro lido...

 

AIDA

Per chi piango?

Per chi prego?

Qual poter m'avvince a lui!

Deggio amarlo ed è costui

un nemico, uno stranier!

RADAMÈS

Sacro fremito di gloria

tutta l'anima m'investe.

Su! corriamo alla vittoria!

Guerra e morte allo stranier!

 

AMNERIS

Di mia man ricevi, o duce,

il vessillo glorioso;

ti sia guida, ti sia luce

della gloria sul sentier.

 

IL RE, MINISTRI,

CAPITANI

Su!

del Nilo al sacro lido...

 

RAMFIS, SACERDOTI

Gloria ai Numi! ecc.

 

AMNERIS

Ti sia guida, ecc.

 

AIDA

Per chi piango? ecc.

 

RADAMÉS, MESSAGGERO

Su, corriamo alla vittoria.

 

TUTTI

Guerra! guerra! guerra!

 

AIDA

Deggio amarlo, e veggo in lui

un nemico, uno stranier! ecc.

 

TUTTI

Guerra, guerra! Sterminio!

Sterminio all'invasor! ecc.

 

AMNERIS

Ritorna vincitor!

 

TUTTI

Ritorna vincitor!

 

AIDA

Ritorna vincitor!

E dal mio labbro uscì

l'empia parola!

Vincitor del padre mio,

di lui che impugna l'armi

per me,

per ridonarmi una patria,

una reggia e il nome illustre

che qui celar m'è forza!

Vincitor de' miei fratelli...

ond'io lo vegga,

tinto del sangue amato,

trionfar nel plauso

Dell'egize coorti!

E dietro il carro, un re,

mio padre, di catene avvinto!

L'insana parola,

o numi, sperdete!

Al seno d'un padre

la figlia rendete;

struggete le squadre

dei nostri oppressor!

Ah, sventurata!

che dissi?

E l'amor mio?

Dunque scordar poss'io

questo fervido amore che,

oppressa e schiava,

come raggio di sol

qui mi beava?

Imprecherò la morte a Radamès,

a lui ch'amo pur tanto!

Ah! non fu in terra mai

da più crudeli angosce

un core affranto!

I sacri nomi

di padre, d'amante

profferir poss'io, ne ricordar.

Per l'un, per l'altro,

confusa, tremante,

io piangere vorrei, vorrei pregar.

Ma la mia prece

in bestemmia si muta,

delitto è il pianto a me,

colpa il sospir.

In notte cupa

la mente è perduta,

e nell'ansia crudel

vorrei morir.

Numi,

pietà del mio soffrir!

Speme non v'ha pel mio dolor.

Amor fatal, tremendo amor

spezzami il cor,

fammi morir! ecc.

Scena 2

 

SACERDOTESSA,

SACERDOTESSE

Possente, possente Fthà,

del mondo spirito

animator, ah!,

noi t'invochiamo!

 

RAMFIS, SACERDOTI

Tu che dal nulla hai tratto

l'onde, la terra, il ciel,

noi t'invochiamo!

 

SACERDOTESSA,

SACERDOTESSE

Immenso, immenso Fthà,

del mondo Spirito fecondator,

ah! Noi t'invochiamo!

 

RAMFIS, SACERDOTI

Nume che del tuo spirito

sei figlio e genitor,

noi t'invochiamo!

 

SACERDOTESSA,

SACERDOTESSE

Fuoco increato, eterno,

onde ebbe luce il sol, ah!

Noi t'invochiamo!

 

SACERDOTESSA,

SACERDOTESSE

Vita dell'universo,

mito d'eterno amor,

noi t'invochiamo!

 

SACERDOTESSA,

SACERDOTESSE

Immenso Fthà!

 

RAMFIS, SACERDOTI

Noi t'invochiamo!

 

RAMFIS

Mortal, diletto ai numi,

a te fidate

son d'Egitto le sorti.

 

RAMFIS, SACERDOTI

Il sacro brando

dal Dio temprato,

pertua man diventi

ai nemici

terror, folgore, morte.

 

RAMFIS

Nume, custode e vindice

di questa sacra terra,

la mano tua distendi

sovra l'egizio suol.

 

RADAMÈS

Nume, che duce ed arbitro

sei d'ogni umana guerra,

proteggi tu, difendi

d'Egitto il sacro suol.

 

RAMFIS

La mano tua distendi, ecc.

 

SACERDOTI

Nume, custode e vindice...

 

SACERDOTESSE

Possente, possente Fthà

del mondo creator, ah! ecc.

 

RADAMÈS, SACERDOTI

Possente Fthà,

spirito fecondator.

Tu che dal nulla hai tratto

il mondo...

 

RADAMÉS, RAMFIS,

SACERDOTI

Immenso Fthà!

 

 

 

Resumen del segundo acto

 

Escena 1

Una habitación en los aposentos privados de Amneris.

 

La hija del Rey se encuentra rodeada por sus esclavos quienes la visten para la fiesta que se celebrará por el triunfo egipcio en la batalla; mientras otros esclavos interpretan una danza. Cuando Aida aparece, Amneris esconde sus verdaderos sentimientos y se compadece de ella por el destino de su pueblo (el etíope), derrotado en batalla. Luego, para descubrir si Aida se encuentra enamorada de Radamès, le dice que éste ha muerto en batalla. Frente a la desdichada noticia Aida cae abrumada de dolor; Amneris confirma sus sospechas y llena de furia revela la verdad. Radamès está vivo, y ella, Amneris también lo ama. Al principio, Aida declara orgullosamente su amor, pero luego ruega en vano por piedad. Amners la amenaza, recordándole que es tan sólo una esclava y que no puedo esperar competir con la hija del Faraón. Es este momento Aida está a punto de revelar su identidad real pero luego decide no hacerlo.

 

Escena 2

En una habitación del Palacio Real en Memphis

 

En la muralla de Tebas. El pueblo celebra la victoria, mientras el Rey y Amneris, junto a Aida y otros esclavos, los ministros y los sacerdotes, esperan a Radamès para celebrar su triunfo. En ese momento llega una columna de soldados y prisioneros, con Radamès a la cabeza. El Rey le da la bienvenida y le pregunta que desea como recompensa. Radamés le responde que los prisioneros que le ha traído hasta él. Entre ellos Aida reconoce a su padre Amonasro y logra hablarle brevemente.

Éste le ordena que no lo delate, y, sin revelar su verdadera identidad, Aida y su padre ruegan por su misericordia. Radamès también suplica por la libertad de todos los prisioneros, pero los altos sacerdotes se oponen y proponen que al menos Aida y su padre sean retenidos en Egipto, como garantía de paz. El rey aprueba la sugerencia y anuncia que tiene la intención de recompensar a Radamès concediéndole la mano de su hija, Amneris. Mientras la multitud vitorea, Radamès y Aida secretamente expresan su dolor.

TEXTO COMPLETO DEL SEGUNDO ACTO EN ESPAÑOL E ITALIANO.

ACTO II

Escena 1

 

(En las estancias de Amneris)

 

(Amneris está rodeada de esclavas

que la visten para la fiesta)

 

ESCLAVAS

¿Quién es el que

entre himnos y aplausos

hacia la gloria vuela,

cual un dios terrible,

resplandeciente como el sol?

Ven: que flores y laureles

lluevan sobre tu cabeza;

y que los cánticos de gloria

suenen junto a los del amor.

 

AMNERIS

(para sí)

¡Ah!

¡Ven, ven amor mío, embriágame,

llena de gozo mi corazón!

 

ESCLAVAS

¿Dónde están ahora las bárbaras

hordas extranjeras?

Se han desvanecido como la niebla

al soplo del guerrero.

Ven: recoge el premio

de la gloria, oh vencedor;

la victoria te ha sonreído,

te sonreirá el amor.

 

AMNERIS

(para sí)

¡Ah!

¡Ven, ven amor mío, reaviva,

llena de gozo mi corazón!, etc.

 

(Danza de los esclavos moros)

 

ESCLAVAS

Ven; que flores y laureles, etc.

 

AMNERIS

(para sí)

¡Ah!

¡Ven, ven amor mío, embriágame,

 

(a las esclavas)

 

¡Silencio!

Aida viene hacia nosotras.

Siendo hija de los vencidos,

su dolor es sagrado para mí.

Viéndola de nuevo,

la duda atroz despierta en mí.

¡Que el misterio fatal

se desvele al fin!

La suerte de las armas

te ha sido funesta, ¡pobre Aida!

Comparto contigo el dolor

que pesa sobre tu corazón.

Yo soy tu amiga;

todo de mí lo obtendrás,

¡vivirás feliz!

 

AIDA

¿Acaso puedo ser feliz

lejos de la tierra natal,

ignorando la suerte

de mi padre y mis hermanos?

 

AMNERIS

¡Cuánto te compadezco!

Pero en esta vida los males

tienen un fin.

El tiempo sanará

las angustias de tu corazón;

y aún más que el tiempo,

un dios poderoso, el amor.

 

AIDA

¡Amor, amor! ¡Alegría, tormento,

suave embriaguez, ansia cruel!

En tus dolores siento la vida;

una sonrisa tuya me abre el cielo.

 

AMNERIS

(para sí)

¡Ah!, esta palidez, esta turbación,

desvelan la secreta fiebre amorosa!

Casi temo interrogarla.

Comprendo la ansiedad

de su temor.

 

(a Aida)

 

Y bien, ¿qué nuevos temores

te asaltan ahora, gentil Aida?

Revélame tus secretos,

confío en mi afecto.

¿Acaso entre los valientes

que lucharon contra tu patria,

alguno ha despertado

en tu corazón

un dulce sentimiento?

 

AIDA

¿Qué dices?

 

AMNERIS

La suerte no ha sido

cruel para todos,

aunque el valiente jefe cayó

herido de muerte en la batalla.

 

AIDA

¿Qué has dicho?

¡Desgraciada de mí!

 

AMNERIS

Sí, Radamés ha sido muerto

por los tuyos.

 

AIDA

¡Desgraciada de mí!

 

AMNERIS

¿Lloras?

 

AIDA

¡Lloraré siempre!

 

AMNERIS

¡Los dioses te han vengado!

 

AIDA

Los dioses siempre

me fueron adversos.

 

AMNERIS

¡Tiembla! He leído en tu corazón:

le amas.

 

AIDA

¿Yo?

 

AMNERIS

¡No mientas!

Una palabra más

y sabré la verdad.

Mírame a la cara...

te he engañado...

¡Radamés vive!

 

AIDA

¡Ah, gracias sean dadas

a los dioses!

 

AMNERIS

¿Y todavía esperas mentirme?

Sí, tú le amas.

Pero yo también le amo,

¿comprendes? ¡Soy tu rival,

la hija de los faraones!

 

AIDA

¡Mi rival! Bien, así sea,

yo también lo soy...

 

(conteniéndose)

 

¡Ah! ¿qué he dicho?

Piedad, perdón ¡Ah!

Apiádate de mi dolor.

Es cierto, lo amo profundamente.

Tú eres feliz y poderosa,

¡yo vivo sólo para este amor!

 

AMNERIS

¡Tiembla vil esclava!

Destroza tu corazón;

este amor puede significar

tu muerte;

soy árbitro de tu destino,

mi corazón rebosa de odio

y venganza.

 

AIDA

Tú eres feliz y poderosa, etc.

 

AMNERIS

¡Tiembla vil esclava!, etc.

 

SOLDADOS, GENTE

(fuera)

¡Vamos!

En las sagradas orillas del Nilo

nuestros pechos formen barrera;

que resuene un único grito:

¡guerra y muerte al extranjero!

 

AMNERIS

A la fiesta que se prepara,

asistirás conmigo, oh esclava.

¡Tú postrada en el polvo,

yo en el trono, junto al rey!

 

AIDA

¡Ah! ¡Piedad!

¿Qué otra cosa me queda?

Mi vida es un desierto;

vive y reina,

en breve aplacaré tu furor.

Este amor que te irrita

en la tumba extinguiré.

 

AMNERIS

Ven, sígueme y aprenderás a ver

si puedes luchar conmigo, etc.

 

AIDA

¡Ah! ¡Piedad!

¡Este amor

en la tumba extinguiré!

 

SOLDADOS, GENTE

¡Guerra y muerte al extranjero!

 

AIDA

¡Piedad!

 

AMNERIS

¡Ven, sígueme y aprenderás a ver

si puedes luchar conmigo!

 

SOLDADOS, GENTE

¡Guerra y muerte al extranjero!

 

AIDA

¡Dioses,

apiadaos de mi sufrimiento,

no hay esperanza para mi dolor!

¡Dioses, apiadaos de mi

 

Escena 2

 

(Una avenida en Tebas Un trono

cubierto por un dosel. El rey,

seguido por la corte entera,

entra y se sienta en el trono)

 

PUEBLO

¡Gloria a Egipto y a Isis,

protectora del suelo sagrado!

¡Al rey que gobierna el Delta,

alcemos himnos festivos!

¡Gloria! ¡Gloria! ¡Gloria al rey!

¡Gloria! ¡Cantemos himnos!, etc.

 

MUJERES

¡Que el loto se entrelace

con el laurel

en la cabeza de los vencedores!

¡Que una amable lluvia de flores

extienda un velo sobre las armas.

Bailemos, doncellas egipcias,

las místicas danzas,

como las estrellas en el cielo

danzan en torno al sol!

 

SACERDOTES

Elevad vuestras miradas

hacia los supremos árbitros

de la victoria;

dad gracias a los dioses

en este día feliz.

 

MUJERES

¡Como las estrellas en el cielo

danzan en torno al sol!

 

HOMBRES

Himnos festivos elevemos al rey.

 

SACERDOTES

Dad gracias a los dioses

en este día feliz.

 

(Las tropas egipcias desfilan ante

el rey; luego aparece un grupo de

danzarinas que lucen los tesoros

expoliados al enemigo.)

 

PUEBLO

¡Ven, guerrero vengador,

ven a gozar con nosotros;

lanzaremos laureles y flores

al paso de los héroes!

 

SACERDOTES

Elevad vuestras miradas

hacia los árbitros supremos;

dad gracias a los dioses

en este día feliz.

 

PUEBLO

Ven, oh guerrero,

ven a gozar con nosotros, etc.

Gloria al guerrero, etc.

 

SACERDOTES

Dad gracias a los dioses, etc.

 

PUEBLOS

¡Gloria al Egipto, etc.

 

REY

Salvador de la patria, yo te saludo.

Ven, y que las manos

de mi hija te ofrezcan

la corona triunfal.

 

(Radamés se inclina ante Amneris,

que le ofrece la corona de laurel

colocándosela sobre la cabeza.)

Ahora pídeme lo que más desees.

Nada te será negado en este día:

te lo juro por mi corona,

por los dioses sagrados.

 

RADAMÉS

Primero permite

que los prisioneros

sean conducidos ante ti.

 

(Entran los prisioneros etíopes;

en último lugar viene Amonasro.)

 

CORO

Dad gracias a los dioses,

dad gracias en este día feliz.

¡Gracias, gracias a nuestro dioses!

 

AIDA

¡Qué veo! ¿Él? ¿Mi padre?

 

TODOS

¡Su padre!

 

AMNERIS

¡En poder nuestro!

 

AIDA

¡Tú! ¡Prisionero!

 

AMONASRO

¡No me traiciones!

 

REY

(a Amonasro)

¡Acércate! ¿Así tú eres?

 

AMONASRO

Su padre. Yo también luché,

fuimos vencidos;

en vano busqué la muerte.

El uniforme que visto

puede deciros

que a mi rey y a mi patria

he defendido;

la suerte fue contraria

a nuestras armas,

vano fue el valor de los valientes.

A mis pies, tendido en el polvo,

cayó el rey cubierto de heridas.

¡Si el amor a la patria es delito

todos somos culpables,

estamos dispuestos a morir!

Pero tú, rey, tú señor poderoso,

ten compasión de estos hombres;

hoy los hados nos han sido

¡ah!, pero mañana

podrían serlo para vosotros.

 

AIDA

Pero tú, rey, señor poderoso, etc.

 

ESCLAVAS, PRISIONEROS

Sí, los dioses nos han sido adversos;

tu piedad y tu clemencia

imploramos.

¡Ah!,

¡que nunca tengas que sufrir lo

que hoy hemos tenido

que sufrir nosotros!

 

AIDA, AMONASRO

¡Ah! Pero mañana podrían serlo

para vosotros.

 

RAMFIS, SACERDOTES

Acaba, oh rey,

con esta chusma feroz,

cierra tu corazón a

las voces pérfidas;

fueron condenados a muerte

por los dioses.

¡Que se cumpla ahora

el deseo de los dioses!

 

AIDA, ESCLAVAS,

PRISIONEROS

¡Piedad, piedad, piedad!

 

AIDA

Pero tú, oh rey, tú, señor poderoso,

muéstrate clemente con ellos.

 

AMNERIS

¡Qué mirada ha puesto sobre ella!

¡Qué llamas arden en sus ojos

 

AMONASRO

Hoy los hados

nos han sido adversos.

Pero mañana

podrían serlo para vosotros.

 

REY

Ya que los acontecimientos

nos son favorables

mostrémonos clementes con ellos.

 

ESCLAVAS, PRISIONEROS

Tu piedad y tu clemencia

imploramos.

¡Ah, piedad!

Tu clemencia imploramos.

 

RADAMÉS

(mirando a Aida)

El dolor que expresa su mirada

la hace más bella a mis ojos;

cada lágrima del llanto adorado

reaviva el amor en mi pecho, etc.

 

AMNERIS

¡Qué mirada ha puesto sobre ella!

¡Qué llaman arden en sus ojos!

¿Y yo, sola, humillada,

despreciada?

La venganza ruge en mi corazón...

 

AMONASRO

Tu piedad y tu clemencia

imploramos, etc.

 

REY

Ya que los hados nos han sido

favorables, etc.

La piedad es agradable

a los dioses y refuerza

el poder de los príncipes.

 

AIDA

Tu piedad imploro...

Este día nos ha sido adverso, etc.

Pero tú, oh rey, tú,

señor poderoso, etc.

 

RAMFIS, SACERDOTES

¡Que se cumpla

el deseo de los dioses!

¡Acaba, oh rey,

con esta chusma!,etc.

 

ESCLAVAS, PRISIONEROS

¡Piedad! ¡Piedad!, etc.

Sí, los hados nos han

sido adversos, etc.

¡Ah!, que nunca tengas que sufrir...

 

PUEBLO

Sacerdotes,

aplacad vuestro enojo, etc.

Y tú, oh rey, tú poderoso, etc.

 

RADAMÉS

(dirigiéndose al rey)

Oh rey, por los dioses sagrados,

por el esplendor de tu corona,

has jurado cumplir mi deseo.

 

REY

Lo he jurado.

 

RADAMÉS

Pues bien:

pido la libertad y la vida

de los prisioneros etíopes.

 

SACERDOTES

¡Muerte a los enemigos

de la patria!

 

PUEBLO

¡Gracia para los infelices!

 

RAMFIS

Escucha, rey.

Tú también, joven héroe,

escucha un sabio consejo:

son enemigos y valientes;

la venganza anida

en sus corazones,

y envalentonados por el perdón

¡volverán a empuñar las armas!

 

RADAMÉS

Muerto Amonasro, el rey guerrero,

no les queda esperanza alguna

a los vencidos.

 

RAMFIS

Al menos,

como garantía de paz y de

seguridad, que Aida y su padre

se queden con nosotros.

 

REY

Atiendo a tu consejo.

Pero quiero daros

una garantía mejor

de paz y de seguridad.

Radamés, la patria te lo debe todo.

Que la mano de Amneris

sea tu premio.

Un día reinarás con ella

sobre Egipto.

 

AMNERIS

(para sí)

¡Que venga la esclava,

que venga a robarme mi amor...

si osa!

 

REY, PUEBLO

¡Gloria a Egipto, a Isis,

que defiende el sagrado suelo!

¡Que el loto se trence con el laurel

en la cabeza del vencedor!

 

ESCLAVAS, PRISIONEROS

¡Gloria al clemente egipcio

que nuestras cadenas ha soltado;

que nos devuelve a los libres

surcos del suelo patrio!

 

RAMFIS, SACERDOTES

¡Alcemos himnos a Isis

que defiende el sagrado suelo!

Roguemos para que los hados sean

siempre propicios a la patria.

 

AIDA

¿Qué esperanza

me puede quedar ya?

Para él la gloria, el trono,

para mí el olvido, las lágrimas

de un amor desesperado.

 

RADAMÉS

El rayo de un dios adverso

desciende sobre mi cabeza.

¡Ah no! El trono de Egipto

no vale el corazón de Aida.

 

AMNERIS

Estoy embriagada

por el inesperado júbilo;

en un día se cumplen todos

los sueños de mi corazón.

 

REY, PUEBLO

¡Gloria a Isis!

 

RAMFIS

Roguemos para que los hados sean

siempre propicios a la patria.

 

AMONASRO

(a Aida)

Ten valor, espera los felices

acontecimientos de tu patria;

para nosotros se acerca

el amanecer de la venganza.

 

RADAMÉS

¡Qué inesperado rayo

cae sobre mi cabeza!

 

AMNERIS

En un día se cumplen todas

las alegrías de mi corazón.

 

REY, PUEBLO

¡Gloria a Egipto!

 

AMONASRO

¡Ten valor, ten valor!

 

RAMFIS, SACERDOTES

Alcemos himnos a Isis.

 

AIDA

Para mí el olvido, las lágrimas.

¡Ah!

¿Qué esperanza me puede

quedar ya?, etc.

 

AMNERIS

Por el inesperado júbilo, etc.

 

RADAMÉS

Qué inesperado rayo, etc.

 

AMONASRO

Ten valor, etc.

 

REY, PUEBLO

Gloria a Egipto, a Isis, etc.

 

RAMFIS, SACERDOTES

Alcemos himnos a Isis.

 

ESCLAVAS, PRISIONEROS

Gloria al clemente egipcio, etc.

 

ATTO II

Scena 1

 

SCHIAVE

Chi mai fra

gl'inni e i plausi,

erge alla gloria il vol,

al par d'un dio terribile,

fulgente al par del sol?

Vieni: sul crin ti piovano

contesti al lauri i fior;

suonin di gloria i cantici

coi cantici d'amor.

 

AMNERIS

Ah!

vieni, vieni amor mio, m'inebria,

fammi beato il cor!

 

SCHIAVE

Or dove son le barbare

orde dello stranier?

Siccome nebbia sparvero

al soffio del guerrier.

Vieni: di gloria il premio

raccogli, o vincitor;

t'arrise la vittoria,

t'arriderà l'amor.

 

AMNERIS

Ah!

Vieni, vieni amor mio, ravvivami

d'un caro accento ancor!, ecc.

 

SCHIAVE

Vieni: sul crin ti piovano, ecc.

 

AMNERIS

Ah!

vieni, vieni amor mio, m'inebria,

Silenzio!

Aida verso noi s'avanza.

Figlia de'vinti

il suo dolor m'è sacro.

Nel rivederla,

il dubbio atroce in me si desta.

Il mistero fatal

si squarci alfine!

Fu la sorte dell'armi

a'tuoi funesta, povera Aida!

Illutto che t'opprime sul cor

teco divido.

lo son l'amica tua;

tutto da me tu avrai,

vivrai felice!

 

AIDA

Felice esser poss'io

lungi dal suol natio,

qui dove ignota m'è la sorte

del padre e dei fratelli?

 

AMNERIS

Ben ti compiango!

Pure hanno un confine

i malidi quaggiù.

Saneràil tempo

le angosce del tuo core;

e più che il tempo,

un dio possente... amore.

 

 

AIDA

Amore, amore! Gaudio, tormento,

soave ebbrezza, ansia crudel!

Ne' tuoi dolori la vita io sento;

un tuo sorriso mi schiude il ciel!

 

AMNERIS

Ah, quel pallore, quel turbamento,

svelan l'arcana febbre d'amor.

D'interrogarla quasi ho sgomento.

Divido l'ansie

del suo terror!

Ebben; qual nuovo fremito

t'assal, gentil Aida?

I tuoi segreti svelami,

all'amor mio t'affida.

Tra i forti che pugnarono

della tua patria a danno,

qualcuno,

un dolce affanno,

forse a te in cor destò?

 

AIDA

Che parli?

 

AMNERIS

A tutti barbara

non si mostrò la sorte,

se in campo il duce impavido

cadde trafitto a morte.

 

AIDA

Che mai dicesti?

Misera!

 

AMNERIS

, Radamès

da'tuoi fu spento.

 

AIDA

Misera!

 

AMNERIS

E pianger puoi?

 

AIDA

Per sempre io piangerò!

 

AMNERIS

Gli dei t'han vendicata.

 

AIDA

Avversi sempre

ame furon i numi.

 

AMNERIS

Trema! In cor ti lessi:

Tu l'ami.

 

AIDA

Io!

 

AMNERIS

Non mentire!

Un detto ancora

e il vero saprò.

Fissami in volto...

io t'ingannava...

Radamès vive!

 

AIDA

Ah, grazie,

o numi!

 

AMNERIS

E ancor mentir tu speri?

, tu l'ami.

Ma l'amo anch'io... intendi tu?

Son tua rivale,

figlia de' Faraoni.

 

AIDA

Mia rivale! Ebben sia pure,

anch'io son tal...

Ah! che dissi mai?

Pietà! Perdono! Ah!

Pietà ti prenda del mio dolor.

È vero, io l'amo d'immenso amor.

Tu sei felice, tu sei possente,

io vivo solo per questo amor!

 

AMNERIS

Trema, vil schiava,

spezza il tuo core.

Segnar tua morte

può quest'amore.

Del tuo destino arbitra sono,

d'odio e vendetta

le furie ho in cor.

 

AIDA

Tu sei felice, tu sei possente, ecc.

 

AMNERIS

Trema, vil schiava! ecc.

 

CORO

Su!

del Nilo al sacro lido

sien barriera i nostri petti;

non echeggi che un sol grido:

guerra e morte allo stranier!

 

AMNERIS

Alla pompa che s'appresta,

meco, o schiava, assisterai;

tu prostrata nella povere,

io sul trono, accanto al re.

 

AIDA

Ah, pietà!

Che più mi resta?

Un deserto è la mia vita;

viva e regna... il tuo furore

io tra breve placherò.

Quest'amore che t'irrita

nella tomba io spegnerò.

 

AMNERIS

Vien, mi segui, apprenderai

se lottar tu puoi con me! ecc.

 

AIDA

Ah! pietà!

Quest'amor

nella tomba io spegnerò!

 

CORO

Guerra e morte allo stranier!

 

AIDA

Pietà!

 

AMNERIS

Vieni, mi segui e apprenderai

se lottar tu puoi con me.

 

CORO

Guerra e morte allo stranier!

 

AIDA

Numi, pietà!

del mio soffrir,

speme non v'ha pel mio dolor.

Numi, pietà! del mio soffrir.

sufrimiento!

 

Scena 2

 

POPOLO

Gloria all'Egitto, ad Iside

che il sacro suol protegge!

Al Re che il Delta regge

inni festosi alziam!

Gloria! Gloria! Gloria al Re!

Gloria! Inni alziam, ecc.

 

DONNE

S'intrecci il loto

al lauro

sul crin dei vincitori!

Nembo gentil di fiori

stenda sull'armi un vel.

Danziam, fanciulle egizie,

le mistiche carole,

come d'intorno al sole

danzano gli astri in ciel.

 

SACERDOTI

Della vittoria

agli arbitri supremi

il guardo ergete;

grazie agli Dei rendete

nel fortunato .

 

DONNE

Come d'intorno al sole

danzano gli astri in ciel.

 

UOMINI

Inni festosi alziam al re.

 

SACERDOTI

Grazie agli dei rendete

nel fortunato .

 

POPOLO

Vieni, o guerriero vindice,

vieni a gioir con noi;

sul passo degli eroi

i lauri, i fior versiam!

 

SACERDOTI

Agli arbitri supremi

il guardo ergete.

Grazie agli dei rendete

nel fortunato .

 

POPOLO

Vieni, o guerrier,

a gioir con noi, ecc.

Gloria al guerrier, ecc.

 

SACERDOTI

Grazie agli dei rendete, ecc.

 

POPOLO

Gloria all'Egitto, ecc.

 

IL RE

Salvator della patria, io ti saluto.

Vieni, e mia figlia

di sua man ti porga

il serto trionfale.

Ora, a me chiedi quanto più brami.

Nulla a te negato sarà in tal :

lo giuro per la corona mia,

pei sacri Numi.

 

RADAMÈS

Concedi in pria

che innanzi a te

sien tratti i prigionier.

 

CORO

Grazie agli dei,

grazie rendete nel fortunato .

Grazie, grazie agli dei!

 

AIDA

Che veggo! Egli? Mio padre!

 

TUTTI

Suo padre!

 

AMNERIS

In poter nostro!

 

AIDA

Tu! Prigionier!

 

AMONASRO

Non mi tradir!

 

IL RE

T'appressa. Dunque tu sei?...

 

AMONASRO

Suo padre. Anch'io pugnai,

vinti noi fummo,

morte invan cercai.

Quest'assisa ch'io vesto

vi dica

che il mio re, la mia patria

ho difeso;

fu la sorte a

nostr'armi nemica,

tornò vano dei forti l'ardir.

Al mio piè nella polve disteso

giacque il Re da più colpi trafitto;

se l'amor della patria è delitto

siam rei tutti,

siam pronti a morir!

Ma tu, re, tu signore possente,

a costoro ti volgi clemente.

Oggi noi siam percossi dal fato,

adversos, ah! doman voi potria

il fato colpir.

 

AIDA

Ma tu, re, tu signore possente, ecc.

 

SCHIAVE, PRIGIONIERI

,

dai numi percossi noi siamo;

tua pietà, tua clemenza

imploriamo.

Ah!

giammai di soffrir vi sia dato

ciò che in oggi

n'è dato soffrir!

 

AIDA, AMONASRO

Ah! doman voi potria

il fato colpir.

 

RAMFIS, SACERDOTI

Struggi, o re,

queste ciurme feroci,

chiudi il core

alle perfide voci;

fur dai numi

votati alla morte,

or de' numi

si compia il voler!

 

AIDA, SCHIAVE,

PRIGIONIERI

Pietà! pietà! pietà!

 

AIDA

Ma tu, o re, tu signor possente,

a costoro ti mostra clemente.

 

AMNERIS

Quali sguardi sovr'essa ha rivolti

Diqual fiamma balenano i volti!

 

AMONASRO

Ogginoi siam

percossi dal fato,

voi doman

potria il fato colpir.

 

IL RE

Or che fausti ne arridon

gli eventi a costoro

mostriamoci clementi.

 

SCHIAVE, PRIGIONIERI

Tua pietade, tua clemenza

imploriamo,

Ah! pietà,

tua clemenza imploriamo.

 

RADAMÈS

Il dolor che in quel volto favella

al mio sguardo la rende più bella;

ogni stilla del pianto adorato

nel mio petto ravviva l'amor, ecc.

 

AMNERIS

Quali sguardi sovr'essa ha rivolti!

Di qual fiamma balenano i volti!

Ed io sola, avvilita,

reietta?

La vendetta mi rugge nel cor...

 

AMONASRO

Tua pietà, tua clemenza

imploriamo, ecc.

 

IL RE

Or che fausti

ne arridon, ecc.

La pietà sale

ai numi gradita,

e rafferma de'prenci il poter.

 

AIDA

Tua pietà imploro.

Oggi noi siam percossi, ecc

Ma tu, o re,

tu signore possente, ecc.

 

RAMFIS, SACERDOTI

Si compisca

de' numi il voler!

Struggi, o re,

queste ciurme, ecc.

 

SCHIAVE, PRIGIONIERI

Pietà, pietà, ecc.

, dai numi percossi

noi siamo, ecc.

Ah, giammai di soffrir...

 

POPOLO

Sacerdoti,

gli sdegni placate! ecc.

E tu, o re, tu possente, ecc.

 

RADAMÈS

O Re, pei sacri numi,

per lo splendor della tua corona,

compier giurasti il voto mio.

 

IL RE

Giurai.

 

RADAMÈS

Ebbene:

a te pei prigionieri etiopi

vita domando e libertà.

 

SACERDOTI

Morte ai nemici

della patria!

 

POPOLO

Grazia per gl'infelici!

 

RAMFIS

Ascolta o re.

Tu pure, giovine eroe,

saggio consiglio ascolta:

Son nemici e prodi sono;

la vendetta hanno

nel cor,

fatti audaci dal perdono

correranno all'armi ancor!

 

RADAMÈS

Spento Amonasro il re guerrier,

non resta speranza

ai vinti.

 

RAMFIS

Almeno,

arra di pace e

securtà, fra noi resti

col padre Aida.

 

IL RE

Al tuo consiglio io cedo.

Di securtà, di pace

un miglior pegno

or io vo' darvi.

Radamès, la patria tutto a te deve.

D'Amneris la mano

premio ti sia.

Sovra l'Egitto

un giorno con essa regnerai.

 

AMNERIS

Venga la schiava,

venga a rapirmi l'amor mio...

se l'osa!

 

IL RE, POPOLO

Gloria all'Egitto, ad Iside.

che il sacro suol difende!

S'intrecci il loto al lauro

sul crin del vincitor!

 

SCHIAVE, PRIGIONIERI

Gloria al clemente Egizio

che i nostri ceppi ha sciolto,

che ci ridona ai liberi

solchi del patrio suol.

 

RAMFIS, SACERDOTI

Inni leviamo ad Iside

che il sacro suol difende!

Preghiamo che i fati arridano

fausti alla patria ognor.

 

AIDA

Qual speme

omai più restami?

A lui la gloria, il trono,

a me l'oblio,

le lacrime d'un disperato amor.

 

RADAMÈS

D'avverso Nume il folgore

sul capo mio discende.

Ah no! d'Egitto il soglio

non val d'Aida il cor.

 

AMNERIS

Dall'inatteso giubilo

inebriata io sono;

tutti in un

si compiono i sogni del mio cor.

 

IL RE, POPOLO

Gloria ad Iside!

 

RAMFIS

Preghiamo che i fati arridano

fausti alla patria ognor.

 

AMONASRO

Fa cor: della tua patria

i lieti eventi aspetta;

pernoi della vendetta

già prossimo è l'albor.

 

RADAMÈS

Qual inattesa folgore

sul capo mio discende!

 

AMNERIS

Tutti in un

si compiono le gioie del mio cor.

 

IL RE, POPOLO

Gloria, all'Egitto!

 

AMONASRO

Fa cor, fa cor!

 

RAMFIS, SACERDOTI

Inni leviamo ad Iside.

 

AIDA

A me l'oblio, le lacrime.

Ah!

qual speme

omai più restami? ecc.

 

AMNERIS

Ah! dall'inatteso gaudio, ecc.

 

RADAMÉS

Ah! qual inatteso folgore, ecc.

 

AMONASRO

Ah! fa cor, ecc.

 

IL RE, POPOLO

Gloria all'Egitto, ad Iside, ecc.

 

RAMFIS, SACERDOTI

Inni leviamo ad Iside, ecc.

 

SCHIAVE, PRIGIONIERI

Gloria al clemente egizio, ecc.

 

 

 

Resumen del tercer acto

 

Noche a orillas del Nilo. Ramfis conduce a Amneris al templo de Isis para recibir la bendición de los dioses en vísperas de su boda. Oculta en las cercanías, Aida aguarda a Radamès por su encuentro secreto, pero mientras está esperando aparece Amonasro. Él ha descubierto el amor que Aida y Radamès sienten el uno por el otro. Le recuerda a Aida la belleza de su tierra natal, y la crueldad de sus enemigos, y la apresura para que persuada a Radamès para que le revele la ruta que las fuerzas egipcias utilizarán para invadir Etiopía. Aida queda horrorizada por tal insinuación. En eso aparece Radamès y Amonasro se oculta. Aida propone a su amado que huyan de Egipto, siguiendo una ruta secreta desprotegida de las fuerzas egipcias. Radamès accede por lo que Aida le pregunta por la ruta que utilizará su ejército para arribar a Etiopía. El joven menciona el desfiladero de Napta y, en ese momento, reaparece Amonasro y revela su verdadera identidad. Radamès queda horrorizado cuando se da cuenta que ha revelado un secreto militar, lo cual es un grave acto de deshonra. En este punto llega Amneris del templo y llora por la traición cometida. Amonasro se esfuerza por matarla pero Radamès lo evita, y entregándole su espada a Ramfis, se entrega como prisionero. Mientras tanto Amonasro escapa con Aida.

TEXTO COMPLETO DEL TERCER ACTO EN ESPAÑOL E ITALIANO.

ACTO III

 

(Las orillas del Nilo)

 

(Fuera del templo de Isis;

noche de luna llena)

 

SACERDOTES

SACERDOTISAS

(desde el interior del templo)

Oh, tú que eres madre inmortal

y esposa de Osiris,

diosa que despierta castas pasiones

en los corazones humanos,

socórrenos piadosa,

madre de inmenso amor, etc.

 

(Amneris llega en barca

acompañada por Ramfis y su

séquito.)

 

RAMFIS

(a Amneris)

Ven al templo de Isis;

en la víspera de tu boda,

invoca el favor de la diosa.

Isis lee en el corazón

de los mortales,

todos los misterios de los humanos

le son conocidos.

 

AMNERIS

Sí,

rogaré que Radamés me entregue

todo su corazón,

del mismo modo que mi corazón

se ha consagrado

a él para siempre.

 

RAMFIS

Vamos.

Rezarás hasta el alba;

estaré contigo.

 

SACERDOTES

SACERDOTISAS

Socórrenos piadosa,

madre de inmenso amor.

(Amneris y Ramfis entran en el

templo, mientras Aida se acerca

cautelosamente.)

 

AIDA

¡Radamés vendrá aquí!

¿Qué querrá decirme?

Tiemblo.

¡Ah! si vienes, cruel,

a darme el ultimo adiós,

los profundos remolinos del Nilo

me darán sepultura,

y quizás me concedan

la paz y el olvido.

¡Oh patria mía,

nunca más volveré a verte!

Oh cielos azules,

oh suaves brisas nativas,

donde brilló serena mi juventud.

Verdes colinas,

orillas perfumadas,

¡oh patria mía,

nunca más volveré a verte!

¡Oh frescos valles,

oh bendito y apacible refugio

que un día me prometió

el amor!

Ahora que mi sueño de amor

se ha desvanecido,

¡oh patria mía, nunca más

volveré a verte!, etc.

Oh patria mía,

jamás volveré a verte!

 

(viendo entrar a Amonasro)

 

¡Cielos, mi padre!

 

AMONASRO

Un grave motivo

me conduce hasta ti,Aida.

Nada escapa a mi mirada.

Te consumes de amor

por Radamés,

él te ama, lo esperas aquí.

La hija del Faraón es tu rival:

¡raza infame, aborrecida

y fatal para nosotros!

 

AIDA

¡Y yo estoy en su poder!

¡Yo, la hija de Amonasro!

 

AMONASRO

¿En su poder? ¡No!

Si lo deseas vencerás

a la poderosa rival,

y patria, trono y amor,

todo lo conseguirás.

Verás de nuevo

los bosques perfumados,

los frescos valles,

nuestros templos de oro.

 

AIDA

Veré de nuevo

los bosques perfumados,

los frescos valles,

nuestros templos de oro.

 

AMONASRO

Esposa feliz

de quien tanto has amado,

gozarás allí de una dicha inmensa.

 

AIDA

¡Gozar un sólo día

de tan dulce encanto,

una hora, una hora

de semejante alegría,

y después morir!

 

AMONASRO

Pero recuerda

que el bárbaro egipcio,

profanó nuestros hogares,

nuestros templos

y nuestros altares;

trajo encadenadas

a las vírgenes raptadas;

asesinó a madres, viejos y niños.

 

AIDA

¡Ah, recuerdo bien

aquellos días infaustos,

recuerdo el dolor que tuvo

que soportar mi corazón!

¡Oh! Dioses,

haced que para nosotros

vuelva el alba de los días serenos

que hemos invocado.

 

AMONASRO

Recuerda.

Antes de que sea tarde.

Nuestro pueblo

se apresta a las armas,

todo está dispuesto.

Venceremos.

Sólo me falta saber

qué camino seguirá el enemigo.

 

AIDA

¿Quién podría descubrirlo?

¿Quién?

 

AMONASRO

¡Tú misma!

 

AIDA

¿Yo?

 

AMONASRO

Sé que esperas aquí a Radamés...

Él te ama,

y conduces a los egipcios...

¿Entiendes?

 

AIDA

¡Horror! ¿Qué me aconsejas?

¡No, no, jamás!

 

AMONASRO

¡Entonces, arriba!

¡Levantaos soldados de Egipto!

¡Incendiad nuestras ciudades!

Sembrad el terror,

la destrucción y la muerte.

No hay ningún obstáculo

a vuestra furia.

 

AIDA

¡Ay, padre, padre!

 

AMONASRO

¿Y te consideras mi hija?

 

AIDA

¡Piedad, piedad, piedad!

 

AMONASRO

Olas de sangre corren

por las ciudades de los vencidos.

¿Ves? De los negros remolinos

surgen los muertos.

Te señalan y gritan:

"¡Por ti la patria muere!"

 

AIDA

¡Piedad!. ¡piedad, padre, piedad!

 

AMONASRO

Un horrible espectro surge

entre las sombras ante nosotros.

¡Tiembla! Los descarnados brazos

se levantan sobre tu cabeza.

Es tu madre, mírala,

te maldice.

 

AIDA

¡Ah! ¡Padre! ¡No! ¡Ah!

¡Ah no! ¡Ah no!

¡Padre, piedad! ¡Piedad!

 

AMONASRO

¡No eres mi hija!

¡Eres la esclava de los faraones!

 

AIDA

¡Ah! ¡Piedad, piedad, piedad!

Padre, no soy tu esclava.

No me maldigas, no me condenes.

Todavía podrás llamarme

hija tuya;

de mi patria seré digna.

 

AMONASRO

Piensa que un pueblo,

vencido, destruido, sólo

puede resurgir gracias a ti.

 

AIDA

Oh patria, oh patria,

cuánto me cuestas!

 

AMONASRO

¡Ten valor! Ahí viene.

Oculto allí lo oiré todo.

 

(Se esconde detrás de las palmeras

cuando Radamés entra.)

 

RADAMÉS

Al fin te vuelvo a ver,

mi dulce Aida.

 

AIDA

Detente. Vete.

¿Qué esperas todavía?

 

RADAMÉS

El amor me guía junto a ti.

 

AIDA

Te aguardan los ritos de otro amor.

Como esposo de Amneris...

 

RADAMÉS

¿Qué estas diciendo?

Sólo puedo amarte a ti, Aida.

Los dioses me escuchan,

serás mía.

 

AIDA

¡No te manches con un perjurio!

Te amé leal,

no te amaría si fueras perjuro.

 

RADAMÉS

¿Dudas de mi amor, Aida?

 

AIDA

¿Y cómo esperas sustraerte

a las caricias de Amneris,

a la voluntad del rey,

a los deseos de tu pueblo,

a la ira de los sacerdotes?

 

RADAMÉS

Escúchame, Aida.

La tierra de Etiopía

ha despertado de nuevo

en el feroz anhelo de otra guerra.

Los tuyos

ya invaden nuestra patria,

yo seré el caudillo de los egipcios.

Entre el fragor y los aplausos

de la victoria,

me postraré ante el rey,

le desvelaré mi corazón.

Tu serás la corona de mi gloria,

y viviremos felices

en un amor eterno.

 

AIDA

¿No temes el vengativo furor

de Amneris?

Su venganza,

tremenda como un rayo,

caerá sobre mí, sobre mi padre,

sobre todos.

 

RADAMÉS

Yo te defenderé.

 

AIDA

En vano. No podrías.

Aunque si me amas,

todavía existe para nosotros

una manera de evitarlo.

 

RADAMÉS

¿Cuál?

 

AIDA

¡Huir!

 

RADAMÉS

¡Huir!

 

AIDA

Huyamos de los ardores inhóspitos

de estas tierras desnudas;

una nueva patria se abre

ante nuestro amor.

Allí entre bosques vírgenes,

perfumados de flores,

en éxtasis feliz

olvidaremos el mundo.

 

RADAMÉS

¿Debería huir contigo

hacia una tierra extraña?

¡Abandonar la patria,

los altares de nuestros dioses!

¿Cómo podríamos olvidar la tierra

donde he recogido mis primeros

laureles de gloria,

el cielo de nuestro amor?

 

AIDA

Allí entre bosques vírgenes, etc.

 

RADAMÉS

El cielo de nuestro amor, etc.

 

AIDA

Bajo mi cielo

nuestro amor será más libre;

allí en el mismo templo

tendremos los mismos dioses, etc.

¡Huyamos, huyamos!

 

RADAMÉS

¡Abandonar la patria! etc.

¡Aida!

 

AIDA

Tú no me amas, ¡vete!

 

RADAMÉS

¿Crees que no te amo?

 

AIDA

¡Vete!

 

RADAMÉS

Jamás ni mortal ni dios alguno

ardió con un amor poderoso

semejante al mío.

 

AIDA

Vete, vete,

Amneris te espera ante el altar.

 

RADAMÉS

¡No! ¡Jamás!

 

AIDA

¿Jamás has dicho?

Entonces que caiga el hacha

sobre mí y sobre mi padre.

 

RADAMÉS

¡Ah, no! ¡Huyamos!

Sí, huyamos de estos muros,

huyamos juntos al desierto;

aquí sólo reina la desventura,

allí se abre un cielo de amor.

El inmenso desierto

será nuestro tálamo nupcial.

Los astros brillarán sobre nosotros

con su más nítido fulgor.

 

AIDA

En el país feliz de mis padres,

el cielo nos aguarda; allí el aire

está perfumado, allí la tierra

es todo gratos aromas

y hermosas flores.

Frescos valles y verdes prados

serán nuestro tálamo,

los astros brillarán sobre nosotros

con su más nítido fulgor.

 

AIDA, RADAMÉS

Ven conmigo, huyamos juntos

de esta tierra de dolor.

Ven conmigo, te amo, te amo.

El amor será nuestro guía.

 

AIDA

Pero dime:

¿por qué camino evitaremos

las legiones del ejército?

 

RADAMÉS

El camino escogido

por los nuestros

para arrojarnos sobre el enemigo

estará desierto hasta mañana.

 

AIDA

¿Y cuál es ese camino?

 

RADAMÉS

El desfiladero de Nápata.

 

(Amonasro sale de su escondite.)

 

AMONASRO

¡El desfiladero de Nápata!

¡Allí estarán los míos!

 

RADAMÉS

¡Oh! ¿Quién nos escucha?

 

AMONASRO

El padre de Aida

y el rey de los etíopes.

 

RADAMÉS

¡Tú, Amonasro! ¿Tú, el rey?

¡Dioses! ¿Qué he dicho?

¡No! No es cierto, no es cierto, ¡no

Es un sueño, un delirio.

 

AIDA

¡Ay, no! Cálmate, escúchame...

 

AMONASRO

El amor de Aida...

 

AIDA

... confía en mi amor.

 

AMONASRO

... te levantará un trono!

 

RADAMÉS

¡Estoy deshonrado!

¡Por ti he traicionado a mi patria!

 

AIDA

¡Cálmate! ¡Ah no! ¡Cálmate!, etc.

 

AMONASRO

No, tú no eres culpable,

era la voluntad del destino, etc.

Ven: al otro lado del Nilo nos

esperan los leales que nos siguen;

allí el amor coronará

los deseos de tu corazón.

¡Ven, ven, ven!

 

(Amneris sale del templo seguida

Ramfis y los guardianes.)

 

AMNERIS

¡Traidor!

 

AIDA

¡Mi rival!

 

AMONASRO

(Amenaza a Amneris con una

daga)

¡Vienes a destruir mis planes!

¡Muere!

 

(Radamés se interpone entre

Amneris y Amonastro)

 

RADAMÉS

¡Detente, loco!

 

AMONASRO

¡Oh, rabia!

 

RAMFIS

¡Aquí, guardias!

 

RADAMÉS

(a Aida y Amonasro)

¡Rápido, huid!

 

AMONASRO

(arrastrando a Aida)

Ven, hija mía.

 

RAMFIS

(a los guardias)

¡Seguidles!

 

RADAMÉS

(a Ramfis)

Sacerdote, estoy en tus manos.

 

ATTO III

 

SACERDOTESSE

SACERDOTI

O tu che sei d'Osiride

madre immortale e sposa,

diva che i casti palpiti

desti agli umani in cor,

soccorri a noi pietosa,

madre d'immenso amor, ecc.

 

RAMFIS

Vieni d'Iside al tempio;

all vigilia delle tue nozze

invoca della Diva il favore.

Isidelegge de'mortali

nel core;

ogni mistero degli umani

a lei è noto.

 

AMNERIS

,

io pregherò che Radamès

mi doni tutto il suo cor,

come il mio cor

a lui sacro

è per sempre.

 

RAMFIS

Andiamo.

Pregherai fino all'alba;

io sarò teco.

 

SACERDOTESSE

SACERDOTI

Soccorri a noi pietosa,

madre d'immenso amor.

 

AIDA

Qui Radamès verrà!

Che vorrà dirmi?

Io tremo!

Ah! se tu vieni a recarmi,

o crudel, l'ultimo addio,

del Nilo i cupi vortici

mi daran tomba,

e pace forse,

e oblio.

O patria mia,

mai più ti rivedrò!

O cieli azzurri,

o dolci aure native,

dove sereno il mio mattin brillò.

O verdi colli,

o profumate rive,

o patria mia,

mai più ti rivedrò!

O fresche valli,

o queto asil beato

che un promesso

dall'amor mi fu!

Or che d'amore il sogno

è dileguato,

o patria mia,

nonti vedrò mai più! ecc.

O patria mia,

mai più ti rivedrò!

Ciel! Mio padre!

 

AMONASRO

A te grave cagion

m'adduce, Aida.

Nulla sfugge al mio sguardo.

D'amorti struggi

perRadamès,

ei t'ama, qui lo attendi.

Dei Faraon la figlia è tua rivale:

razza infame, aborrita

e a noi fatale!

 

AIDA

E in suo potere io sto!

Io, d'Amonasro figlia!

 

AMONASRO

In poter di lei! No!

Se lo brami

la possente rival tu vincerai,

e patria, e trono, e amor, tutto tu

avrai.

Rivedrai

le foreste imbalsamate,

le fresche valli,

i nostri templi d'or.

 

AIDA

Rivedrò

le foreste imbalsamate,

le fresche valli,

i nostri templi d'or.

 

AMONASRO

Sposa felice

a lui che amasti tanto,

tripudii immensi ivi potrai gioir.

 

AIDA

Un giorno solo di

si dolce incanto,

un'ora, un'ora

di tal gioia,

epoi morir!

 

AMONASRO

Purrammenti

che a noi l'Egizio

immite,

lecase, i templi,

el'are profanò;

trasse in ceppi

le vergini rapite;

madri, vecchi, fanciulli ei trucidò.

 

AIDA

Ah! ben rammento

quegl'infausti giorni!

Rammentoi lutti

che il mio cor soffrì!

Deh! fate,

o numi,

che per noi ritorni l'alba

invocata de'sereni .

 

AMONASRO

Rammenta.

Non fia che tardi.

In armi ora si desta

il popol nostro;

tutto è pronto già.

Vittoria avrem.

Solo a saper mi resta

qual sentier il nemico seguirà.

 

AIDA

Chi scoprirlo potria?

Chi mai?

 

AMONASRO

Tu stessa!

 

AIDA

Io?

 

AMONASRO

Radamèsso che qui attendi.

Eit'ama,

ei conduce gli egizi...

Intendi?

 

AIDA

Orrore! Che mi consigli tu?

No! no! giammai!

 

AMONASRO

Su dunque!

Sorgete, egizie coorti!

Col fuoco struggete le nostre città!

Spargete il terrore,

le stragi, la morti,

al vostro furore

più freno non v'ha.

 

AIDA

Ah! padre! padre!

 

AMONASRO

Mia figlia ti chiami!

 

AIDA

Pietà! Pietà! Pietà!

 

AMONASRO

Flutti di sangue scorrono

sulle città dei vinti.

Vedi? Dai negri vortici

si levano gli estinti,

ti additan essi e gridano:

"Per te la patria muor!"

 

AIDA

Pietà! Pietà,! Padre, pietà!

 

AMONASRO

Una larva orribile

fra l'ombre a noi s'affaccia.

Trema! le scarne braccia

sul capo tuo levò.

Tua madre ell'è, ravvisala,

ti maledice.

 

AIDA

Ah Padre! No! Ah!

Ah no! Ah no!

Padre, pietà! pietà!

 

AMONASRO

Non sei mia figlia!

Dei Faraoni tu sei la schiava!

 

AIDA

Ah! Pietà, pietà! pietà!

Padre! A costoro schiava non sono.

Non maledirmi, non imprecarmi.

Ancor tua figlia

potrai chiarmarmi;

della mia patria degna sarò.

 

AMONASRO

Pensa che un popolo,

vinto, straziato,

perte soltanto risorger può.

 

AIDA

Oh patria! Oh patria,

quanto mi costi!

 

AMONASRO

Coraggio! Ei giunge.

tutto udrò.

 

RADAMÈS

Pur ti riveggo,

mia dolce Aida.

 

AIDA

T'arresta. Vanne.

Che speri ancor?

 

RADAMÈS

A te d'appresso l'amor mi guida.

 

AIDA

Te i riti attendono d'un altro amor.

D'Amnerissposo...

 

RADAMÈS

Cheparli mai?

Te sola, Aida, te deggio amar.

Gli Dei m'ascoltano,

tu mia sarai.

 

AIDA

D'uno spergiuro non ti macchiar!

Prode t'amai,

non t'amerei spergiuro.

 

RADAMÈS

Dell'amor mio dubiti, Aida?

 

AIDA

E come speri sottrarti

d'Amneris ai vezzi,

del Re al voler,

del tuo popolo ai voti,

dei Sacerdoti all'ira?

 

RADAMÈS

Odimi, Aida.

Nel fiero anelito

di nuova guerra

il suolo Etiope si ridestò.

I tuoi

già invadono la nostra terra,

io degli egizi duce sarò.

Fra il suon, fra i plausi

della vittoria,

al re mi prostro,

gli svelo il cor;

Sarai tu il serto della mia gloria,

vivrem beati

d'eterno amore.

 

AIDA

d'Amneris paventi

il vindice furor?

La sua vendetta,

come folgor tremenda,

cadrà su me, sul padre mio,

su tutti.

 

RADAMÈS

Io vi difendo.

 

AIDA

Invan! tu nol potresti.

Pur... se tu ami...

ancor s'apre

una via di scampo a noi.

 

RADAMÈS

Quale?

 

AIDA

Fuggir!

 

RADAMÈS

Fuggire!

 

AIDA

Fuggiam gli ardori inospiti

di queste lande ignude;

una novella patria

al nostro amor si schiude.

, tra foreste vergini,

di fiori profumate,

in estasi beate

la terra scorderem.

 

RADAMÈS

Sovra una terra estrania

teco fuggir dovrei!

Abbandonar la patria,

l'are de' nostri dei!

Ilsuol dov'io raccolsi

di gloriai primi allori,

il ciel de' nostri amori

come scordar potrem?

 

AIDA

tra foreste vergini, ecc.

 

RADAMÈS

Il ciel dei nostri amori, ecc.

 

AIDA

Sotto il mio ciel più libero

l'amor ne fia concesso;

ivi nel tempio istesso

gli stessi numi avrem, ecc.

Fuggiam, fuggiam!

 

RADAMÈS

Abbandonar la patria, ecc.

Aida!

 

AIDA

Tu non m'ami. Va!

 

RADAMÈS

Non t'amo?

 

AIDA

Va!

 

RADAMÈS

Mortal giammai dio

arse d'amor

al par del mio possente.

 

AIDA

Va, va,

t'attende all'ara Amneris.

 

RADAMÈS

No! Giammai!

 

AIDA

Giammai, dicesti?

Allor, piombi la scure

su me, sul padre mio...

 

RADAMÈS

Ah no! Fuggiamo!

, fuggiam da queste mura,

al deserto insiem fuggiamo;

qui sol regna la sventura,

si schiude un ciel d'amor.

I deserti interminati

a noi talamo saranno,

su noi gli astri brilleranno

di più limpido fulgor.

 

AIDA

Nella terra avventurata

de' miei padri, il ciel ne attende;

ivi l'aura è imbalsamata,

ivi il suolo è aromi

e fior.

Fresche valli e verdi prati

a noi talamo saranno,

su noi gli astri brilleranno

di più limpido fulgor.

 

AIDA, RADAMÈS

Vieni meco, insiem fuggiamo

questa terra di dolor.

Vieni meco, t'amo, t'amo!

A noi duce fia l'amor.

 

AIDA

Ma dimmi:

per qual via eviterem

le schiere degli armati?

RADAMÈS

Il sentier scelto

dai nostri

a piombar sul nemico

fia deserto fino a domani.

 

AIDA

E quel sentier?

 

RADAMÈS

Le gole di Napata...

 

AMONASRO

Di Napata le gole!

Ivisaranno i miei.

 

RADAMÈS

Oh! Chi ci ascolta?

 

AMONASRO

D'Aida il padre

e degli etiopi il re!

 

RADAMÈS

Tu! Amonasro! Tu! Il re?

Numi! che dissi?

No, non è ver, non è ver, no!

Sogno, delirio è questo!

 

AIDA

Ah no! ti calma, ascoltami...

 

AMONASRO

A te l'amor d'Aida...

 

AIDA

...all'amor mio t'affida.

 

AMONASRO

...un soglio innalzerà!

 

RADAMÈS

Io son disonorato!

Per te tradii la patria!

 

AIDA

Ti calma! Ah no! Ti calma! ecc.

 

AMONASRO

No: tu non sei colpevole,

era voler del fato, ecc.

Vien: oltre il Nil ne attendono

i prodi a noi devoti,

del tuo cor i voti

coronerà l'amor.

Vieni, vieni, vieni!

 

AMNERIS

Traditor!

 

AIDA

La mia rival!

 

AMONASRO

L'opra mia a strugger vieni!

Muori!

 

RADAMÈS

Arresta, insano!...

 

AMONASRO

Oh rabbia!

 

RAMFIS

Guardie, olà!

 

RADAMÈS

Presto! fuggite!

 

AMONASRO

Vieni, o figlia.

 

RAMFIS

L'inseguite!

 

RADAMÈS

Sacerdote, io resto a te.

 

 

Resumen del cuarto acto

 

Escena 1

Una habitación en el palacio del Rey.

 

Amneris se debate entre el amor, la rabia y el dolor. Ella quiere salvar a Radamès y ha sido llevado frente a ella. Ella le pide que se declare inocente de haber cometido traición, ante los Altos Sacerdotes. De este modo ella podría ayudarlo, pero él se rehúsa. Para convencerlo, Amneris le hace creer que Aida está muerta, al igual que su padre Amonasro. Esto no lo disuade pues considera que la vida ya no tiene más sentido para él. Finalmente, Amneris revela que, de hecho, Aida se encuentra viva. Frente a dicha revelación Radamès se regocija pues ahora puede morir para proteger a su amada. Sin embargo, Amneris declara que ella le implorará su perdón al Rey sólo si renuncia a su amor por Aida. Radamès se niega repetidas veces; en consecuencia, es llevado nuevamente al calabozo y sentenciado a ser quemado vivo bajo el altar en el Templo del Volcán. Amneris deplora amargamente la crueldad de los curas y su castigo.

 

Escena 2

En el templo del Volcán, ante la tumba de Radamès.

 

Radamès está preparado para morir y reza por que Aida pueda, algún día, encontrar la felicidad: pero Aida se encuentra oculta en la cámara y avanza para abrazarlo. Radamès lamenta el duro destino de Aida y, vanamente, intenta desplazar la piedra que sella la tumba. Pero Aida lo consuela con la certeza de que el “Ángel de la Muerte” los unirá para siempre en el cielo. Mientras los dos amantes se despiden de la Tierra, Amneris vestida de luto, se postra sobre la piedra cubriendo la entrada a la bóveda y suplica a los dioses que garanticen la paz del hombre que está muriendo allí debajo.

TEXTO COMPLETO DEL CUARTO ACTO EN ESPAÑOL E ITALIANO.

ACTO IV

 

Escena 1

 

(Un salón en el palacio real)

 

(Una trampilla conduce a la

cámara subterránea de justicia)

 

AMNERIS

Mi odiada rival ha escapado.

Radamés espera que los sacerdotes

le condenen como traidor.

Él no es un traidor, aunque reveló

un gran secreto de guerra.

Quería huir, huir con ella.

¡Todos son traidores!

¡Que mueran! ¡Que mueran!

¡Oh! ¿Qué digo?

Lo amo, lo amaré siempre.

Desesperado, loco es este amor

que destroza mi vida.

¡Oh, si pudiera amarme!

Quisiera salvarlo. Pero ¿cómo?

¡Lo intentaré!

 

(Llamando a los guardias)

 

Guardias, que venga Radamés.

 

(Radamés es conducido por los

guardias.)

 

Ya están reunidos los sacerdotes,

árbitros de tu destino;

pero aún puedes disculparte

de esta terrible acusación.

Discúlpate,

y pediré tu gracia al trono,

y seré el mensajero

que te traerá la vida y el perdón.

 

RADAMÉS

Los jueces no oirán

nunca mis disculpas;

ante los dioses y ante los hombres

no me siento ni vil ni reo.

Es cierto que mis labios

profirieron el fatal secreto,

pero mi pensamiento

y mi honor permanecieron fieles.

 

AMNERIS

Entonces discúlpate

y sálvate.

 

RADAMÉS

¡No!

 

AMNERIS

Morirás.

 

RADAMÉS

Aborrezco la vida;

se ha secado la fuente de todas

las alegrías; desvanecida cualquier

esperanza, sólo deseo morir.

 

AMNERIS

¡Morir!

¡Ah, tú debes vivir!

Sí, vivirás por mi amor;

por ti he sufrido ya angustias

horribles de muerte;

te amaba, sufrí tanto,

pasé las noches en vela llorando,

y la patria, el trono, la vida,

todo lo daría, todo lo daría por ti.

 

RADAMÉS

Por ella también yo traicioné

mi patria y mi honor...

 

AMNERIS

¡De ella no me digas nada más!...

 

RADAMÉS

Me espera la infamia,

¿y quieres que viva?

Me has hecho desgraciado,

me has quitado a Aida.

Quizás la has matado,

¿y me ofreces la vida

como un don?

 

AMNERIS

¿Yo, causa de su muerte?

No, Aida vive.

 

RADAMÉS

¡Vive!

 

AMNERIS

Entre los afanes desesperados

de las hordas fugitivas

sólo cayó su padre.

 

RADAMÉS

¿Y ella?

 

AMNERIS

Desapareció,

y nada más se ha sabido.

 

RADAMÉS

¡Que los dioses la conduzcan

sana y salva

hasta las fronteras patrias,

y que ignore la desventura

del que morirá por ella!

 

AMNERIS

Pero, si te salvo,

júrame que nunca volverás a verla.

 

RADAMÉS

¡No puedo!

 

AMNERIS

¡Renuncia a ella

para siempre y vivirás!

 

RADAMÉS

¡No puedo!

AMNERIS

Por última vez:

renuncia a ella.

 

RADAMÉS

Es en vano.

 

AMNERIS

Entonces, ¿quieres morir, loco?

 

RADAMÉS

¡Ya estoy dispuesto a ello!

 

AMNERIS

¿Quién te salvará, desdichado,

de la suerte que te espera?

Has transformado en furor

un amor sin igual.

El cielo vengará

ahora mis lágrimas.

 

RADAMÉS

La muerte es un bien supremo

si por ella puedo morir.

Al sufrir el último destino

mi corazón será

inmensamente feliz;

ya no temo la ira humana,

sólo temo tu piedad, etc.

 

AMNERIS

¡Ah! ¿quién te salvará?

El cielo vengará ahora

mis lágrimas.

 

(Radamés es conducido fuera por

los guardias.)

 

¡Ay! ¡me siento morir!

¿Quién lo salvará?

¡Yo misma lo he puesto

en sus manos!

¡Ahora os maldigo, celos atroces,

que firmasteis su muerte y habéis

causado el luto eterno

de mi corazón!

(En este momento los sacerdotes

cruzan la sala y bajan a la cámara

subterránea.)

¡Aquí están los fatales

e inexorables ministros

de la muerte!

¡Oh, que yo no vea

a estos blancos espectros!

¡Yo misma lo he puesto

en sus manos!

¡Yo misma!

 

RAMFIS, SACERDOTES

(desde la cámara del juicio)

¡Espíritu celestial,

desciende sobre nosotros!

Aviva el rayo

de eterna luz;

pronuncia tu justicia

por nuestros labios.

 

AMNERIS

¡Dioses, apiadaos

de mi corazón destrozado!

¡Él es inocente, salvadlo,

oh dioses!

¡Desesperado y tremendo

es mi dolor!

 

(Radamés es llevado a la cámara

del juicio.)

 

RAMFIS, SACERDOTES

Espíritu celestial,

desciende sobre nosotros.

 

AMNERIS

¡Oh!, ¿quién lo salvará?

¡Me siento morir!

¡Ay de mí!, ¡ay de mí!

 

RAMFIS

¡Radamés, Radamés, Radamés!

¡Tú revelaste los secretos

de la patria al extranjero!

¡Justifícate!

 

SACERDOTES

¡Justifícate!

 

RAMFIS

No responde.

 

RAMFIS, SACERDOTES

¡Traidor!

 

AMNERIS

¡Ah, piedad! ¡Es inocente!

¡Dioses, piedad!, ¡dioses, piedad!

 

RAMFIS

¡Radamés, Radamés, Radamés!

Desertaste del campo

el día anterior de la batalla.

 

SACERDOTES

¡Justifícate!

 

RAMFIS

No responde.

 

RAMFIS, SACERDOTES

¡Traidor!

 

AMNERIS

¡Ah, piedad! ¡Ah!

¡Salvadlo, dioses, piedad!

 

RAMFIS

¡Radamés, Radamés, Radamés!

Violaste la confianza

que merecías,

renegaste de la patria, del rey,

del honor.

 

SACERDOTES

¡Justifícate!

 

RAMFIS

No responde.

 

RAMFIS, SACERDOTES

¡Traidor!

 

AMNERIS

¡Ah, piedad! ¡Ah!

¡Salvadlo, dioses, piedad!

 

RAMFIS, SACERDOTES

Radamés, tu suerte está decidida:

tendrás la muerte de los infames;

bajo el altar del dios ofendido

será encerrado vivo en una tumba.

 

AMNERIS

¡Vivo en una tumba!

¡Oh!, ¡infames!

¡Nunca se sacian de sangre

y se llaman ministros del cielo!

 

RAMFIS, SACERDOTES

(volviendo de la cámara de

justicia)

¡Traidor, traidor, traidor!

 

AMNERIS

Sacerdotes:

¡habéis cometido un delito!

¡Tigres infames

sedientos de sangre,

ultrajáis la tierra y los dioses,

castigáis a quien no es culpable!

 

RAMFIS, SACERDOTES

¡Es un traidor! ¡Es un traidor!

¡Morirá!

 

AMNERIS

(a Ramfis)

Sacerdote:

¡ese hombre al que matas,

lo sabes,

un día fue amado por mí;

junto con su sangre, la maldición

de un corazón destrozado

caerá sobre ti.

 

RAMFIS, SACERDOTES

¡Es un traidor! ¡Es un traidor!

¡Morirá

 

AMNERIS

Ultrajáis la tierra y los dioses.

Castigáis a quien no es culpable.

¡Ah, no, no es un traidor!, etc.

¡Piedad!, ¡piedad!, ¡piedad!

 

RAMFIS, SACERDOTES

¡Morirá!

¡Es un traidor! ¡Morirá!, etc.

¡Traidor! ¡Traidor! ¡Traidor!

 

(Ramfis y los sacerdotes se alejan.)

 

AMNERIS

¡Raza impía!

¡La maldición caiga

sobre vosotros!

¡La venganza del cielo descenderá!

¡La maldición caiga

sobre vosotros!

 

Escena 2

 

(Interior del templo de Vulcano)

 

(La escena está dividida en dos

planos: arriba, el templo; debajo,

la cripta. dos sacerdotes colocan la

losa que sella su entrada)

 

RADAMÉS

La losa fatal

se ha cerrado sobre mí.

He aquí mi tumba.

Ya nunca más veré la luz del día.

Ya nunca volveré a ver a Aida.

Aida, ¿dónde estás?

¡Que al menos tú

puedas vivir feliz

ignorando siempre

mi horrible destino!

¡Qué gemido!

¿Será un espectro o una visión?

¡No, es una forma humana!

¡Cielos, Aida!

 

AIDA

Soy yo.

 

RADAMÉS

¡Tú, en esta tumba!

 

AIDA

Mi corazón previó tu condena,

y penetré a hurtadillas

en esta tumba

que se abría para ti,

y aquí,

lejos de cualquier mirada humana,

¡deseé morir en tus brazos!

 

RADAMÉS

¡Morir!, ¡tan pura y bella!

Morir de amor por mí.

¡En la flor de tu juventud

huir de la vida!

El cielo te creó para el amor,

¡y yo te mato por haberte amado!

¡No, no morirás,

te amé demasiado!

¡Eres demasiado hermosa!

 

AIDA

¿Ves?

El ángel radiante de la muerte

se acerca a nosotros,

y sobre sus alas de oro

nos conduce a la felicidad eterna.

Ya veo abrirse el cielo,

allí acaban todas las ansiedades,

allí empieza el éxtasis

de un amor inmortal.

 

SACERDOTES

SACERDOTISAS

Inmenso, inmenso Fthà, ¡ah!

Espíritu animador del mundo,

te invocamos.

 

AIDA

¡Triste canto!

Nuestro himno de muerte.

Todo es en vano.

Todo ha terminado en la tierra

para nosotros.

 

RADAMÉS

(intentando mover la losa)

El triunfo de los sacerdotes.

¡Ni aún mis fuertes brazos

podrán moverte,

losa fatal!

Es cierto. Es cierto.

 

AIDA

¡Oh tierra, adiós!

Adiós valle de lágrimas,

sueño de alegría

condenado al fracaso.

El cielo se abre para nosotros,

y nuestras almas errantes

vuelan hacia la luz del día eterno.

 

AIDA, RADAMÉS

Oh tierra, adiós, etc.

 

SACERDOTES

SACERDOTISAS

Inmenso Fthà, te invocamos.

 

(Amneris aparece, vestida de luto,

y se arroja sobre la losa que sella

la cripta.)

 

AIDA, RADAMÉS

Oh tierra, adiós, etc.

 

AMNERIS

Imploro para ti la paz,

muerto adorado.

¡Que Isis aplacada te abra el cielo!

 

SACERDOTES

SACERDOTISAS

¡Nosotros te invocamos,

inmenso Fthà!

 

ATTO IV

Scena

 

AMNERIS

L'aborrita rivale a me sfuggia.

Dai Sacerdoti Radamès attende

dei traditor la pena.

Traditoregli non è. Pur rivelò

di guerra l'alto segreto,

egli fuggir volea, con lei fuggire.

Traditori tutti!

A morte! A morte!

Oh! che mai parlo?

Io l'amo, io l'amo sempre!

Disperato, insano è quest'amor

che la mia vita strugge.

Oh! s'ei potesse amarmi!

Vorrei salvarlo. E come?

Si tenti!

 

Guardie: Radamès qui venga.

 

Già i Sacerdoti adunansi

arbitri del tuo fato;

pur dell'accusa orribile

scolparti ancor t'è dato;

ti scolpa,e la tua grazia

io pregherò dal trono,

e nunzia di perdono,

di vita, a te sarò.

 

RADAMÈS

Di mie discolpe i giudici

mai non udran l'accento;

dinanzi ai numi, agli uomini

vil, reo mi sento.

Profferse il labbro incauto

fatal segreto, è vero,

ma puro il mio pensiero,

e l'onor mio restò.

 

AMNERIS

Salvati dunque

e scolpati.

 

RADAMÈS

No!

 

AMNERIS

Tu morrai.

 

RADAMÈS

La vita aborro;

d'ogni gaudio la fonte inaridita,

svanita ogni speranza,

sol bramo di morir.

 

AMNERIS

Morire!

Ah, tu dei vivere!

, all'amor mio vivrai;

per te le angosce orribili

di morte io già provai;

t'amai, soffersi tanto,

vegliai le notti in pianto,

e patria, e trono, e vita

tutto darei, tutto darei per te.

 

RADAMÈS

Per essa anch'io la patria

e l'onor mio tradia.

 

AMNERIS

Dilei non più!

 

RADAMÈS

L'infamia m'attende

e vuoi ch'io viva?

Misero appien mi festi,

Aida a me togliesti,

spenta l'hai forse,

e in dono

offri la vita a me?

 

AMNERIS

Io di sua morte origine!

No! Vive Aida.

 

RADAMÈS

Vive!

 

AMNERIS

Nei disperati aneliti

dell'orde fuggitive

sol cadde il padre.

 

RADAMÉS

Ed ella?

 

AMNERIS

Sparve,

più novella s'ebbe.

 

RADAMÈS

Gli dei l'adducano

salva

alle patrie mura,

e ignori la sventura

di chi per le morrà!

 

AMNERIS

Ma, s'io ti salvo,

giurami che più no la vedrai.

 

RADAMÈS

Nol posso!

 

AMNERIS

A lei rinunzia

per sempre e tu vivrai!

 

RADAMÈS

Nol posso!

 

AMNERIS

Anco una volta:

A lei rinunzia.

 

RADAMÈS

È vano.

 

AMNERIS

Morir vuoi dunque, insano?

 

RADAMÈS

Pronto a morir son già.

 

AMNERIS

Chi ti salva, sciagurato,

dalla sorte che t'aspetta?

In furore hai tu cangiato

un amor ch'egual non ha.

De' miei pianti la vendetta

or dal ciel si compirà.

 

RADAMÈS

È la morte un ben supremo

se per lei morir m'è dato;

nel subir l'estremo fato

gaudii immensi

il cor avrà;

l'ira umana più non temo,

temo sol la tua pietà, ecc.

 

AMNERIS

Ah! chi ti salva?

De' miei pianti

la vendetta.

Ohimè! morir mi sento.

Oh! Chi lo salva?

E in poter di costoro

io stessa lo gettai!

Ora, a te impreco, atroce gelosia,

che la sua morte e il lutto eterno

del mio cor

segnasti!

Ecco i fatali,

gl'inesorati ministri

di morte.

Oh! ch'io non vegga

quelle bianche larve!

E in poter di costoro

io stessa lo gettai!

io stessa!

 

RAMFIS, SACERDOTI

Spirto del nume,

sovra noi discendi!

Ne avviva al raggio

dell'eterna luce;

pel labbro nostro

tua giustizia apprendi.

 

AMNERIS

Numi,pietà

del mio straziato core.

Egli è innocente, lo salvate,

o numi!

Disperato, tremendo

è il mio dolore!

 

RAMFIS, SACERDOTI

Spirto del nume,

sovra noi discendi!

 

AMNERIS

Oh, chi lo salva? Chi lo salva?

Mi sento morir!

Ohimè! Ohimè!

 

RAMFIS

Radamès! Radamès! Radamès!

Tu rivelasti della patria i segreti

allo straniero.

Discolpati!

 

SACERDOTI

Discolpati!

 

RAMFIS

Eglitace.

 

RAMFIS, SACERDOTI

Traditor!

 

AMNERIS

Ah, pietà! egli è innocente,

numi, pietà, numi, pietà!

 

RAMFIS

Radamès! Radamès! Radamès!

Tu disertasti dal campo

il che precedea la pugna.

 

SACERDOTI

Discolpati!

 

RAMFIS

Egli tace.

 

RAMFIS, SACERDOTI

Traditor!

 

AMNERIS

Ah, pietà! ah! lo salvate,

numi, pietà, numi, pietà!

 

RAMFIS

Radamès! Radamès! Radamès!

Tua violasti,

alla patria

spergiuro, al re,

all'onor.

 

SACERDOTI

Discolpati!

 

RAMFIS

Egli tace.

 

RAMFIS, SACERDOTI

Traditor!

 

AMNERIS

Ah, pietà! ah! lo salvate,

numi, pietà, numi, pietà!

 

RAMFIS, SACERDOTI

Radamès, è deciso il tuo fato;

degli infami la morte tu avrai;

sotto l'ara del nume sdegnato

a te vivo fia schiuso l'avel.

 

AMNERIS

A lui vivo la tomba!

Oh! gl'infami!

di sangue son paghi giammai,

e si chiaman ministri del ciel!

 

RAMFIS, SACERDOTI

Traditor! Traditor! Traditor!

 

AMNERIS

Sacerdoti:

compiste un delitto!

Tigri infami

di sangue assetate,

voi la terra ed i numi oltraggiate,

voi punite chi colpe non ha.

 

RAMFIS, SACERDOTI

È traditor! È traditor!

Morrà!

 

AMNERIS

Sacerdote:

quest'uomo che uccidi,

tu lo sai

da me un giorno fu amato.

L'anatema d'un core straziato

col suo sangue

su te ricadrà.

 

RAMFIS, SACERDOTI

È traditor! È traditor!

Morrà!

 

AMNERIS

Voi la terra ed i numi oltraggiate,

voi punite chi colpe non ha.

Ah no, non è traditor, ecc.

Pietà! pietà! pietà!

 

RAMFIS, SACERDOTI

Morrà!

È traditor! morrà! ecc.

Traditor! Traditor! Traditor!

 

AMNERIS

Empia razza!

Anatema

su voi!

La vendetta del ciel scenderà!

Anatema

su voi!

 

Scena 2

 

RADAMÈS

La fatal pietra

sovra me si chiuse.

Ecco la tomba mia.

Del la luce più non vedrò.

Non rivedrò più Aida.

Aida, ove sei tu?

Possa tu almeno

viver felice

e la mia sorte orrenda

sempre ignorar!

Qual gemito!

Una larva, una vision!

No! forma umana è questa!

Ciel! Aida!

 

AIDA

Son io.

 

RADAMÈS

Tu, in questa tomba!

 

AIDA

Presago il core della tua condanna,

in questa tomba

che per te s'apriva

io penetrai furtiva,

e qui,

lontana da ogni umano sguardo,

nelle tue braccia desiai morire.

 

 

RADAMÈS

Morir! pura e bella!

Morir per me d'amore;

degli anni tuoi del fiore

fuggir la vita!

T'avea il cielo per l'amor creata,

ed io t'uccido per averti amata!

No, non morrai!

Troppo t'amai!

Troppo sei bella!

 

AIDA

Vedi?

Di morte l'angelo

radiante a noi s'appressa,

ne adduce a eterni gaudii

sovra i suoi vanni d'or.

Già veggo il ciel dischiudersi,

ivi ogni affanno cessa,

ivi comincia l'estasi

d'un immortale amor.

 

SACERDOTI

SACERDOTESSE

Immenso, immenso Fthà, ah!

del mondo spirito animator,

noi t'invochiamo!

 

AIDA

Triste canto!

Il nostro inno di morte.

Invan!

Tutto è finito sulla terra

per noi.

 

RADAMÈS

Il tripudio dei sacerdoti.

le mie forti braccia

smuovere ti potranno,

o fatal pietra!

È vero! È vero!

 

AIDA

O terra, addio;

addio, valle di pianti,

sogno di gaudio

che in dolor svanì.

A noi si schiude il ciel

e l'alme erranti

volano al raggio dell'eterno .

 

AIDA, RADAMÈS

O terra, addio, ecc.

 

SACERDOTESSE

SACERDOTI

Immenso Fhtà, noi t'invochiam.

 

AIDA, RADAMÈS

O terra, addio, ecc.

 

AMNERIS

Pace, t'imploro,

salma adorata,

Issi placata ti schiuda il ciel!

 

SACERDOTESSE

SACERDOTI

Noi t'invochiam,

immenso Fthà!