*Benedictus, qui venit in nomine Domini.

JULIO...

MISA SOLEMNE EN RE MAYOR OP. 123

Misa solemne en Re Mayor Op. 123

 

 

a Misa Solemne en Re era entre todas sus obras la que el propio Beethoven consideraba la más grande y mejor lograda. Aunque no siempre sean los autores los jueces más ecuánimes de sus propias creaciones, conviene no perder de vista esta calificada opinión, máxime cuando coincide en buena parte con la de muchos autorizados analistas, convencidos de que por lo menos esta obra debe ser considerada la expresión más completa y más cabal del genio del compositor. La razón es por demás simple. En ella Beethoven debió recurrir a todos los recursos musicales que su experiencia y sus conocimientos ponían a su alcance, tanto en lo que atañe al instrumentario -en el cual llegó a incluir órgano- como a la técnica de composición. La polifonía, con la que siempre se conservó en buenos términos, está usada con largueza; y si por esta vez siquiera habremos de dar crédito al siempre sospechoso amanuense Schindler, le preocupó hasta tal punto, durante la composición del Credo especialmente, como para llegar a olvidarse por completo del descanso y de la necesidad de ingerir alimento, ahuyentando además durante ese lapso a sus atemorizados servidores con gestos y actitudes de verdadero poseído.

Más avanzado el siglo XIV y en pleno auge del librepensamiento, algunos autores pretendieron cuestionar la autenticidad del sentimiento religioso de esta singular creación del genio de Beethoven. Un exégeta del calibre del tantas veces citado Chantavoine ha llegado a afirmar que es ésta una misa "racionalista", "humanística" y -por lo tanto- herética desde el punto de vista del dogma de la Iglesia Romana.

En el mejor de los casos es apenas una opinión más para añadir a la de cuantos pretenden poner también en tela de juicio la litúrgica propiedad del "Stabat Mater" de Rossini o de la "Misa de Réquiem" de Verdi que tildan de "operísticas" sólo porque prefieren dejarse llevar por la fácil corriente de la deducción, siempre más cómoda que el meditado análisis. En el caso de Beethoven tales presunciones de Chantavoine quedan de hecho desautorizadas por el insospechable testimonio del principal responsable, a quien pertenecen estas palabras: "Al trabajar en la Misa en Re mi propósito primordial era llegar a excitar el sentimiento religioso tanto de cantantes como de oyentes, y hacer de este sentimiento algo duradero".

No olvidemos tampoco la finalidad inmediata de la composición. Beethoven comenzó a escribir esta misa en 1818 con la mira de ofrecérsela de "motu propio" al más querido de sus aristocráticos discípulos, el archique Rodolfo, príncipe arzobispo de Olmütz, en oportundad de su consagración archiepiscopal. Si Beethoven, como tantos católicos de antaño -y hogaño- exihía bastante negligencia en el cumplimiento efectivo de sus deberes de creyente, sus cuadernos de conversación abundan en confesiones que atestiguan en cambio la profundidad y sinceridad de su fe, en su constante diálogo interior con el Altísimo ante cuyo omnipotencia sabía inclinarse humildemente este grande hombre altivo y orgulloso como pocos.

La consagración del archiduque. Rodolfo como príncipe arzobispo de Olmütz estaba fijada para el 9 de marzo de 1820, día de San Cirilo y San Metodio, patronos de la Moravia. Pese a las buenas intenciones de Beethoven, la fecha de la ceremonia llegó mucho antes que la Missa Solemnis estuviese terminada; esto ocurrió sólo dos años después, a mediados de 1822. Las diferentes partes fueron escalonándose en el transcurso de esos cuatro años: el Kyrie en 1819, el Gloria y el Credo al año siguiente, el Sanctus y el Benedictus en 1871, el Agnus Dei en 1822. La partitura ológrafa le fue remitida al flamante arzobispo, expresivamente dedicada, el 9 de marzo de 1823. Más no se crea por ello que Beethoven se hubiese dado por satisfecho; la obra siguió experimentando modificaciones hasta bien entrado el año siguiente, momento en el cual el compositor pareció complacido al fin.

La primera ejecución -incompleta- tuvo lugar el 7 de mayo de 1824, coincidiendo con la famosa "academia" en que también se estrenaron la Novena Sinfonía y la "Gran Obertura para la Consagración del Edificio", en el Teatro Körntnerthor. Forzado a ello por exigencias de la autoridad eclesiástica, los números ejecutados (Kyrie, Credo, Agnus Dei, Da nobis pacem) fueron anunciados por Beethoven en su programa como meros himnos, o trozos sueltos de música coral. Todos ellos fueron expresivamente recibidos por un enardecido concurso, en cuya actitud se hace difícil discernir hoy hasta qué punto incidieron los sentimientos suscitados por la patética comprobación de la total sordera del gran compositor. Fue ese día, en efecto, cuando Beethoven, por completo al margen del bullicioso ambiente de la sala y no advirtiendo por ello la atronadora ovación de que era objeto en plena ejecución de su Novena Sinfonía, debió ser asido del brazo por la cantante Carolina Unger -encargada de la voz soprano en el famoso cuarto y último movimiento- para volverse hacia el entusiasmado y conmovido público que colmaba la sala hasta su total capacidad.

Tuvieron que transcurrir 28 años desde la muerte del compositor, para que se cumpliese en cambio la primera ejecución integral de su Misa Solemne en Re. Ello ocurrió, pues, en 1855. Aunque bastante lógica, si nos atenemos al histórico destino de la mayor parte de las obras maestras de todos los tiempos, esa indiferencia inicial ante creación tan imponente del genio humano, contrasta sugestivamente con la justa admiración que hoy le reserva la posteridad, formemente convencida, con Romain Rolland, que esta misa sintetiza con rara elocuencia los sentimientos de Beethoven, a la vez que constituye una suerte de grandiosa autobiografía moral y espiritual del maestro, en cuanto refleja -en especial- los estados de ánimos de Beethoven durante el dramático quinquenio comprendido entre 1818 y 1822, en cuyo lapso aquél hubo de fluctuar a menudo entre la desesperación y la alegría, entre la más patética resignación y la triunfante reacción de tintes casi heroicos.

 

Texto

 

Texto en latín y español.

KYRIE

Kyrie eleison (Assai sostenuto) (Con devoción)

Señor, ten piedad de nosotros.

Christe eleison. (Andante assai ben marcato)

Cristo, ten piedad de nosotros.

Kyrie eleison. (Tempo I)

Señor, ten piedad de nosotros.

 

GLORIA

Gloria in excelsis Deo (Allegro vivace)

Gloria a Dios en las alturas,

et in terra pax

y en la tierra paz

hominibus bonae voluntatis.

a los hombres de buena voluntad.

Laudamus te,

Te alabamos,

Benedicimus te,

Te bendecimos,

Adoramus te,

Te adoramos,

Glorificamus te,

Te glorificamos,

Gratias agimus (Meno Allegro)

Gracias te damos

tibi propter

por tu

magnam gloriam tuam.

inmensa gloria.

Domine Deus, Rex coelestis (Tempo I)

Señor Dios, Rey de los Cielos,

Deus Pater omnipotens.

Dios Padre Omnipotente.

Domine Fili unigenite,

Señor Hijo unigénito,

Jesu Christe.

Jesucristo.

Domine Deus, Agnus Dei,

Señor Dios, Cordero de Dios,

Filius Patris.

Hijo del Padre.

Qui tollis peccata mundi (Larghetto)

Tú que quitas los pecados del mundo,

miserere nobis.

ten piedad de nosotros.

Qui tollis peccata mundi,

Tú que quitas los pecados del mundo,

suscipe deprecationem nostram.

recibe nuestras súplicas.

Qui sedes ad dexteram Patris,

Tú que estás sentado a la diestra del Padre,

miserere nobis.

ten piedad de nosotros.

Quoniam tu solus Sanctus, (Allegro maestoso)

Porque Tú solo eres Santo,

tu solus Dominus,

Tú el solo Señor,

tu solus Altissimus,

Tú el solo Altísimo,

Jesu Christe,

Jesucristo,

Cum Sancto Spiritu

Con el Espíritu Santo

in gloria Dei Patris. Amen. (Allegro, ma non

troppo e ben marcato - Allegro - Presto)

en la gloria de Dios Padre. Así sea.

 

CREDO

Credo in unum Deum Patrem omnipotentem,

(Allegro ma non troppo)

Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso,

jactorem coeli et terrea,

creador del cielo y de la tierra,

visibilium omnium et invisibilium

de todas las cosas visibles e invisibles,

et in unum Dominum Jesum Cbristum,

y en un solo Señor Jesucristo,

Filium Dei unigenitum,

Hijo unigénito de Dios,

et ex Patre natum ante omnia saecula.

y nacido del Padre antes de todos los siglos.

Deum de Deo, lumen de lumine,

Dios de Dios, luz de luz;

Deum verum de Deo vero,

Dios verdadero de Dios verdadero;

genitum, non factum

engendrado, no formado;

consubstantialem Patri,

consubstancial al Padre

per quem omnia facta sunt;

y por quien todo ha sido creado.

qui propter nos homines

El mismo que por nosotros los hombres

et propter nostram salutem

y por nuestra salvación

descendit de coelis.

bajó de los cielos.

Et incarnatus est de Spiritu Sancto,

(Adagio - Andante)

Y se encarnó por obra del Espíritu Santo,

Crucifixus etiam pro nobis (Adagio espressivo)

sub Pontio Pilato,

passus et sepultus est.

padeció y fue sepultado.

Et resurrexit tertia die (Allegro - Allegro molto)

Y resucité al tercer día

secumdum Scripturas

conforme a las Escrituras.

et ascendit in coelum,

Y subió a los cielos

sedet ad dexteram Patris,

Y está sentado a la diestra del Padre.

et iterum venturus est cum gloria

Y otra vez vendrá con gloria

judicare vivos et mortuos,

a juzgar a los vivos y a los muertos,

cujus regni non erit finis.

y su reino no tendrá fin.

Et in Spiritum Sanctum (Allegro ma non troppo)

Dominum et vivificantem,

Señor y vivificador,

qui ex Patre Filioque procedit,

el cual procede del Padre y del Hijo.

qui cum Patre et Filio

Quien con el Padre y el Hijo

simul adoratur et conglorificatur,

es al mismo tiempo adorado y glorificado,

qui locutus est per Prophetas.

el cual habló por boca de los Profetas.

Et in unam sanctam catholicam

Creo en la Iglesia,

et apostolicam Ecclesiam.

Una, Santa, Católica y Apostólica.

Confíteor unum baptisma

Confieso que hay un solo bautismo

in remissionem peccatorum.

para el perdón de los pecados.

Et expecto resurrectionem mortuorum,

Y espero la resurrección de los muertos,

Et vitam venturi saeculi. Amen.

(Allegro ma non troppo - Allegro con moto - Grave)

Y la vida del siglo venidero. Así sea.

 

SANCTUS

Sanctus Dominum Deus Sabaoth (Adagio) (con devoción)

Santo es el Señor de los ejércitos.

Pleni sunt coeli et térra gloria tua.

(Allegro pesante)

Llenos están los cielos y la tierra de tu gloria.

Osanna in excelsis. (Presto)

Hosanna en las alturas.

(Preludio orquestal: Sostenuto ma non troppo)

Benedictus qui venit in nomine Domine!

(Andante molto cantabile)

¡Bendito el que viene en nombre del Señor!

Osanna in excelsis.

 

AGNUS DEI

Agnus Dei, qui tollis peccata mundi (Adagio)

Cordero de Dios, que quitas los pecados del

mundo,

miserere nobis.

ten piedad de nosotros.

Dona nobis pacem! (Allegretto vivace)

Oración por la paz interior y exterior)

¡Danos la paz!

Agnus Dei, qui tollis peccata mundi,

(Allegro assai - Recitativo)

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,

miserere nobis.

ten piedad de nosotros.

Dona nobis pacem!

(Allegro vivace - Presto - Allegretto vivace)

¡Danos la paz!

 

Misa Solemne en Re Menor Op. 123

Lucy Crowe, soprano.

Jennifer Johnston, mezzo-soprano.

Michael Spyres, tenor.

Mathew Rose, bajo.

The Monteverdi Choir.

Orchestre Révolutionnaire et Romantique.

John Eliot Gardiner, director.

 

Desde el Royal Albert Hall de Londres (BBC Proms 2014).